Juan Lacasa Lacasa  

<<anterior

ACTIVIDAD PÚBLICA JUAN LACASA LACASA

Tomás Buesa Oliver

Alfonso Zapater

Congreso de los Diputados

Organización Internacional de Trabajo

Hermandad de Caballeros de San Juan de la Peña

TOMÁS BUESA OLIVER

Homenaje a Juan Lacasa Lacasa.

Un símbolo de dimensión histórica de Jaca en el siglo XX

Escrito para el semanario “El Pirineo Aragonés”.  28/05/1993

Insertado en su libro: “Mis páginas jacetanas”

Imprenta Francisco Raro. ISBN: 84-605-4463-X. Año: 1995

Nos permitimos con el consentimiento de la familia de Tomás Buesa, reproducir en varias páginas de este sitio, diversos fragmentos de su bíografía de Juan, apoyado a la vez en una semblanza que de él realizó Jesús Dumall con ocasión de la publicación del libro "El Viernes Jubiloso".

"El prestigio que tenía entre los conciudadanos lo llevaron a ocupar la alcaldía entre 1943 y 1961, años en que consiguió, con esfuerzo crematístico de los convecinos, pavimentar calles y plazas, proveer cientos de viviendas de protección oficial, el Instituto de Previsión, la Casa de Correos y Telégrafos, el Instituto de Bachillerato (inaugurado por su sucesor Benigno Fanlo Cayuela) y, en especial, dos centros que pronto alcanzarían gran prestigio, tanto nacional como internacional: El Instituto de Estudios Pirenaicos (perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas), nombre mudado después por el de Instituto Pirenaico de Ecología, y la Escuela Militar de Montaña, para la formación de escaladores, esquiadores y soldados de operaciones especiales.

Contribuyó con un reducido número de jacetanos y zaragozanos a crear la Inmobiliaria Pirenaica, que pronto propició el crecimiento urbanístico de Jaca, siendo un de sus mayores logros la edificación del Gran Hotel, arranque del moderno turismo en el occidente del Altoaragón. Embelleció la ciudad con el trazado del Paseo de la Cantera, realizando así la brillante idea de su teniente-alcalde Mariano Gállego Roselló, presidente a la sazón del Centro de Iniciativa y Turismo, paseo muy celebrado por propios y extraños.

Su capacidad de trabajo y arrolladora simpatía lo llevaron a ocupar otros cargos locales, como la presidencia del Club de Fútbol y la del Casino Unión Jaquesa, centro centenario, muy querido por los jacetanos.

Dos asuntos, por los que ha luchado siempre, han sido especialmente queridos por Juan Lacasa: San Juan de la Peña y el ferrocarril de Canfranc. Respecto al primero, paladín de la Hermandad de los Caballeros de San Juan de la Peña, ha dedicado sus esfuerzos para el resurgimiento de este sitio nacional, cuna de Aragón, en donde reposan los primeros reyes aragoneses, pertenecientes a la dinastía pirenaica. Tras ver restaurado el Monasterio Alto (barroco) y parcialmente el Bajo (románico), celebró la inauguración de la hospedería, el trazado a las carreteras y su asfaltado entre ambos monasterios, y entre Santa Cruz de la Serós y el Monasterio Bajo, la iluminación eléctrica y el teléfono. Su gozo, como el de tantos aragoneses, no tendría límites si viera cómo se asentaba permanentemente una comunidad de monjes que continuara la labor multisecular de aquella que, en mala hora, fue exclaustrada por Mendizábal (1835).

Heredó de su padre Juan Lacasa Sánchez-Cruzat el afecto hacia Francia, especialmente hacia los vecinos bearneses, tan vinculados históricamente con los altoaragoneses. Legado paterno fue también los esfuerzos e ilusiones decimonónicas en pro del ferrocarril de Canfranc, cuya continuación hacia Francia por el túnel de Somport quedó interrumpida años atrás. Muchos aragoneses pensaron (quizá también Juan Lacasa) que si dicho túnel atravesara los Pirineos catalanes, haría tiempo que el ferrocarril circularía por Somport.

Como empresario defendió siempre a la Pequeña y Mediana Empresa (PYME) y, por su conocimiento de varios idiomas, representó a España en veinte ocasiones ante organismos europeos similares a la PYME en trece países de Europa y en Estados Unidos. Como delegado de los empresarios españoles intervino en doce Conferencias Internacionales de Trabajo. Presidió durante varios lustros la Comisión de Límites de Aragón con Francia.

Persona extrovertida, con su laboriosidad ejemplar, hombría de bien, noble humanidad y gran generosidad para cuantos solicitaron su ayuda, supo granjearse el aprecio y respeto de todos. Ello le llevó a ser elegido procurador en Cortes durante tres legislaturas (ver ficha inferior), miembro honorario de la Institución Fernando el Católico, consejero del Instituto de Estudios Altoaragoneses y académico correspondiente de las Academias de Ciencias y Bellas Letras de Toulouse, junto a otras distinciones honoríficas, como el significativo e importante Premio Batallador concedido por Aragón y entregado en un acto multitudinario zaragozano".

subir^

subir^^

siguiente>>