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Artículos de Juan Lacasa Sánchez-Cruzat sobre Jaca y el ferrocarril de Canfranc
 

 Semanario "El Pirineo Aragonés"

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[En la señaladísima fecha de la inauguración del Ferrocarril y de la Estación Internacional de Canfranc]

 

¡SURSUM CORDA!

 

18/07/1928

Si el Canfranc no fuera obra de, por lo menos, dos generaciones; si su iniciativa, su desarrollo y su terminación no constituyeran siempre el anhelo de cuantos nacimos en tierras de Aragón y de Bearn; si a los hombres de Estado que se sucedieron en la dirección de los destinos de ambas naciones no les hubiéramos instado un día y otro día, a fin de que dispensaran medios económicos para su construcción y obviaran inconvenientes; si a las mismas Compañías del Norte y del Midi no les representara esta nueva línea una disminución de kilómetros en el recorrido de sus trazados; si, en fín, fuera solo esta magna obra la resultante del capricho de unos cuantos políticos o de un puñado de ilusos, podríamos dudar de su porvenir en diferentes aspectos; pero, por fortuna, sucede lo contrario: desde su iniciación vemos incorporarse a ella a los hombres más eminentes, con actos públicos de todos estilos, con mítines, conferencias, discusiones en los Congresos de los Diputados y en los Senados de ambas naciones interesadas, repetidos estudios de ingenieros, diferencias en la apreciación de trazados por distintos puntos del Pirineo... y, por fin, lo que para la casi totalidad era solo un sueño dorado, se convierte en realidad al llegar el 18 de julio de 1928. Y en este momento, en que va a repartirse el herencio, el fruto de aquellos esfuerzos y de aquellas economías, lo que habrá de hacerse con la mayor esplendidez para el conjunto, con la más absoluta equidad entre cuantos ciudadanos quieran aprovecharse de las incontables ventajas de una línea internacional, no faltarán quienes lleguen a poner peros a ese herencio; quienes discutan y hasta lleguen a dudar de su influencia en el porvenir de Aragón y de Bearn; de las localidades más directamente afectadas como puedan ser Zaragoza o Jaca, situadas en plena línea, y aún de otras a las que por su geografía no coja en ese pleno trayecto, pero que al fin y a la postre disminuirán grandemente sus recorridos kilométricos para acudir en breve tiempo y con grande economía a los mercados, para ver llegar a los compradores y turistas hasta sus hoteles y establecimientos de venta. Pero ya no estamos en el momento de discutir cuáles sean las ventajas y cuales los inconvenientes; y tanto los que fuimos optimistas y no creemos por qué tener que arrepentirnos, como quienes sean pesimistas (pero que no deberán de exteriorizar esos pesimismos), aprestémonos a laborar con las Cámaras de Comercio, con las Diputaciones y Ayuntamientos, con los representantes todos del país, para obtener horarios cómodos y rápidos, tarifas de transporte ventajosas; a crear intercambios de nuevos productos, para dar movimiento a esta línea, y por lógica consecuencia ingresos a las Compañías interesadas, y a realizar en bien propio, particular y colectivo los más saneados beneficios con el agradable vivir que proporciona el trabajo.

La Prensa de Aragón, y con ello El Pirineo Aragonés, tienen su mejor ejecutoria en sus respectivas colecciones, que acreditan con sus incontables artículos, crónicas, telegramas, sueltos y comunicados, cuánto hicieron para que el sueño se convirtiera en realidad; llegado este feliz momento, en que gobernantes y gobernados, directores y dirigidos, se disponen a solemnizar el magno suceso, fundámonos todos en un solo sentimiento; tengamos un piadoso recuerdo para quienes presenciarán el acto desde regiones más puras y elevadas; sintamos respetos y reconocimientos profundos para ambos Jefes de Estado y para cuantos con sus cerebros privilegiados o con sus callosas manos, contribuyeron en mayor o menor proporción a esta realidad, y tengamos las más efusivas manifestaciones de afecto entre nosotros mismos y para con nuestros vecinos bearneses, que ansían convivir con los de esta montaña, como lo hicieron en otras épocas de la historia, y visitar nuestros monumentos y nuestros paisajes, como nosotros haremos lo propio con los suyos... Y dentro de esta hermosa realidad, sigamos soñando en nuevas comunicaciones férreas y de carretera, que aseguren el pan a los obreros, que abran nuevos horizontes a la agricultura, a la industria y al comercio, y que ofrezcan a nuestro país el porvenir que la Providencia reserva a los hombres de buena voluntad.

¡Sursum Corda!

Jaca, Julio de 1928

JUAN LACASA SÁNCHEZ-CRUZAT


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