Artículos de Juan Lacasa
Sánchez-Cruzat sobre Jaca y el ferrocarril de Canfranc
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JACA Y EL FERRO-CARRIL VIII
06/08/1910 |
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Una de las circunstancias
que más influencia había de ejercer en la vida del provenir de Jaca, era
indudablemente el emplazamiento de la estación internacional con sus
anexos, cuyo importantísimo detalle pudo también haberse resuelto de dos
maneras infinitamente menos beneficiosas para nuestros intereses que la
que se ha adoptado. consistiendo la una en que se hubiera establecido
una estación en el terreno francés y otra en el español, (como sucede en
las líneas de Irún y Port-Bou), y siendo la otra el que se hubiera
fijado la situación de una sola estación internacional en el territorio
francés. Por fortuna, estipulóse en el último convenio que la línea del
Canfranc tendría, sí, una sola estación internacional, pero que su
emplazamiento se verificaría en terreno español en el término llamado
Los Arañones. En la parte que se refiere a este extremo, dice Don Joaquín Bellido en la luminosa Memoria que por orden del señor ministro de Fomento publicóse el año 1891: "la superficie ocupada por la estación internacional de Irún, es de 14,630 hectáreas; y del anteproyecto hecho por el mismo resultaban en Los arañones 12,841". Y añadía: "Pero es fácil que, bien estudiadas las necesidades del tráfico por la línea de que se trata, puedan reducirse el número de vías y las dimensiones de los edificios designadas en aquél". Después de leer tan autorizada opinión, no cabe sacar más que una consecuencia, ciertamente favorable para el mañana de jaca: si la superficie ocupada por la estación de Irún en 1891 era ya superior a la total de que puede disponerse en Los Arañones, exclusivamente para tal servicio de estación; si en aquella línea existe además la de Hendaya, donde se efectúan los trabajos franceses de Aduanas, Correos, Sanidad, etc., depósitos de material ferroviario y otros, ¿podrán llenarse todas, absolutamente todas las necesidades del tráfico en el escaso terreno que venimos estudiando? Ciertamente que no, y bastará para apreciarlo el considerar que, aparte el servicio propio de una estación importante, se aglomerarán los ya aludidos servicios de Aduanas, Carabineros, Correos, Sanidad, Policía, Telégrafos, Compañía Internacional de wagones camas, ídem de wagones restaurants, y, sobre todo ello, como parte principal ......................... Los múltiples aludidos servicios y otros de menor importancia, propios de una estación internacional, no solo requieren espacio abundante y edificios capaces para la instalación de oficinas, salas de espera y facturación, fonda, muelles, almacenes, etc., sino que el personal consagrado a dichos trabaos necesita también habitaciones y no vamos a suponer que todos esos empleados civiles y militares hayan de carecer de familia más o menos numerosa, lo cual representa un número de personas muy cuantioso, teniendo siempre en cuenta que habrá para todos los servicios personal francés y español; es decir, empleados de ferrocarriles de la Compañía del Norte y de la del Mediodía, carabineros y donaniers, guardia civil y gendarmes, empleados de aduanas, etc., etc. |
Habrá que agregar a todo
ello la Agencia Internacional, y, como mínimum, veinticinco o treinta
casas que desde el principio se establecerán, como Agentes de Aduanas,
tránsitos y transportes, con todo el personal propio de este negocio; y
no poco habrán de representar también las brigadas destinadas al
entretenimiento y conservación de la vía en un terreno tan accidentado,
donde la impetuosa corriente de los barrancos, aludes de nieve y otros
accidentes, habrán de estar previstos para ser remediados en le más
corto tiempo posible. No podrá negarse a priori que la población afecta a la Estación Internacional de Canfranc será, como ya hemos dicho, muy numerosa, sin que existan probabilidades de que en la villa de Canfranc, ni en los alrededores de la misma, ni en Los Arañones, pueda levantarse grande edificación, no sólo por lo poco que se presta el terreno, sino porque la temperatura durante la mayor parte del año es bastante más baja que en Jaca, con menos horas de sol; aparte que la distancia hasta la capital del partido, recorrida por ferrocarril o en auto, es sumamente corta. No estará de más recordar que, después de hallarse establecida la línea de port-Bou, Figueras albergó durante muchos años a la mayor parte de los empleados de aquella aduana, viéndose el Gobierno obligado a hacer poner trenes desde ambas poblaciones para que los mismos pudieran trasladarse desde Figueras por la mañana y regresar por la tarde, y todo esto gratuito para los citados empleado, lo cual duró doce o catorce años y todavía existen hoy familias de éstos en aquella importante ciudad. Jaca está en mejores condiciones que Figueras para retirar beneficios de la estación internacional, y, sin embargo, aquella ciudad surte de la mayor parte de mercancías a Port Bou; y gracias a tal movimiento, se crearon múltiples casas de comercio, banca, cambio, etc. Supongamos (y esto será el minimum) una población de 500 empleados, de los que unos 300 serán casados, con ocupación en Los Arañones, y diga el lector si esos empleados, muchos de ellos con sueldo crecido, encontrarán para sus familias habitaciones cómodas y confortables en aquel sitio agreste, y mucho menos medios para atender a la educación de sus hijos, para consagrarse a las prácticas religiosas, para satisfacer las mil y una exigencias de la sociedad... Desde Arañones a Jaca no hay población alguna de regular importancia, y por el lado de Francia sucede lo propio hasta Olorón, que ya se halla mucho más distante. Nuestra ciudad ha aumentado poco, pero mejorado mucho su edificación de algunos años a esta parte, y como no está en condiciones de albergar mucho mayor número de habitantes que el que en la actualidad tiene, prestará atención a tan importante extremo aprovechando las buenas condiciones de sus alrededores para hacer viviendas que le permitan albergar el contingente de familias que le suministre la estación internacional; y como consecuencia de tal aumento de personal, se ve claramente que el comercio retirará grandes beneficios. JUAN LACASA SÁNCHEZ-CRUZAT |