Sitio de Juan Lacasa Lacasa

 

Artículos de Juan Lacasa Sánchez-Cruzat sobre Jaca y el ferrocarril de Canfranc
 

 Semanario "El Pirineo Aragonés"

 <<volver 

JACA Y EL FERRO-CARRIL III

 

18/06/1910

La agricultura es indudablemente la principal fuente de riqueza, y todo lo que tienda a imprimirla vigor encauzándola hacia el camino del progreso, es obra salvadora para este país, donde los abonos químicos eran hasta hace poco desconocidos; los aparatos de cultivo, entre los que destaca el arado romano, prehistóricos; y nada habremos de decir de los demás procedimientos culturales.

Que Jaca y su comarca anhelan emprender un camino que les dirija al mejoramiento que han alcanzado otras regiones de condiciones climatológicas también deficientes, es innegable, por lo que forzoso es reconocer que nada podrá influir en su mejoramiento como nuestra nueva comunicación con Francia.

Cuando una generación, de la que todavía se conservan individuos, llena de entusiasmos y afanosa de progreso supo aprovechar las condiciones que la naturaleza le brindaba, arrancando al Aragón una buena parte de las aguas que por su cauce discurren y destinándolas en su mayor porción a fertilizar los campos de la meseta de Jaca, se pudo comprender que para marchar adelante precisa que nosotros aumentemos el esfuerzo para mantener y llevar a cabo la obra regeneradora emprendida.

Hasta la época aludida, limitábase la producción de nuestro suelo a cierto número de cahíces de cereales y leguminosas, a alguna cantidad de hierbas forrajeras, que se utilizaban en el recrío de mulas, y al cultivo en pequeña escala de hortalizas y verduras en las huertas de escasa superficie situadas en las márgenes del Aragón y del Gas.

Desde aquella fecha, el aumento de prados artificiales ha sido considerable, y así vemos que la producción y consumo de leche de vacas, ese preciado alimento tan recomendado y nutritivo para los enfermos como apetitoso para los sanos, ha aumentado en la proporción cuando menos de un ciento por uno, a pesar de que su precio por el momento no sea totalmente remunerador para el que lo produce y resulte, sin embargo, bastante elevado para el consumidor; porque vemos que en Francia, en pueblos distantes 30 ó 40 kilómetros de Jaca, se adquiere por 0,15 céntimos de peseta el litro, mientras aquí no baja nunca de 0,40; otro artículo cuya producción ha aumentado considerablemente es la patata, que para simiente se exporta en grandes cantidades, siendo muy estimada en el resto de Aragón, sin que hasta ahora se haya hecho objeto del detenido estudio y especulación que indudablemente merece, pues nótase que en distintos puntos, como por ejemplo Zaragoza, alcanza un precio bastante superior a la que se cosecha en aquellas huertas. También la remolacha forrajera, antes desconocida, se produce en cantidad, destinando las hojas y el tubérculo al alimento de ganados; la producción de cereales no sólo se ha conservado sino que se ha aumentado notablemente.

Por desgracia y debido a una serie de muy variadas circunstancias, apenas han empezado a retirarse en la agricultura de Jaca los beneficios que hay derecho a obtener, y así vemos que son muchos los terrenos destinados todavía al cultivo  de año y vez a pesar de ser susceptibles de aplicarse al intensivo. Para apreciar el aumento de producto, bastaría nos fijemos en el interés que rentan las propiedades de una y otra manera; produciendo las destinadas a cereales de secanos de 1 y medio a 2 por ciento y las de regadío un cuatro o un cinco cuando menos.

No puede ser más satisfactorio el ver que las tierras que se riegan en llanos como el de la Victoria, en un plazo de veinte años se han triplicado y cuadruplicado de valor.

Para que todas o la mayor parte de las tierras que pueden regarse en el término de Jaca se dediquen al cultivo intensivo, es indispensable un notable aumento de producción de abonos animales, preferentemente el que procede del ganado mular y caballar, cuya cría es en extremo exigua en esta montaña; y para su adquisición, es forzoso recurrir a la República vecina, verificándose el viaje con dificultades en las mejores épocas del año y siendo imposible el practicarlo durante los meses de invierno y primavera.

La parte de Francia lindante con España en los departamentos de Altos y Bajos Pirineos, es rica en la cría de los ganados que nos interesa adquirir; y lo mismo los mercados semanales que las ferias repetidas, son cosa muy corriente en todas sus poblaciones; por eso el día en que numerosos trenes pasen por Jaca a Francia, la mayor parte de nuestros propietarios y agricultores harán frecuentes viajes para la compra de sus ganados, que insensiblemente transportarán en vagones hasta nuestra estación con insignificante gasto, sin molestias de ningún género ni fatigas para el ganado, y con rapidez asombrosa, prestándose la posición geográfica de nuestra ciudad para la celebración de numerosas ferias, a las que seguramente acudirán los labradores de Aragón, Navarra y otras regiones; y si la base de los negocios modernos está en dar muchas vueltas al capital, entonces se encontrará facilidad, no sólo para el recrío, que requiere un año o gran parte de él, sí que también para la compra y venta frecuente de mular y caballar de distintas edades.

¿Serán susceptibles nuestras tierras de ser destinadas a nuevos cultivos? Podemos contestar afirmativamente, y a los que creen agotado el filón con el reducido número de productos que hoy se cultivan, podremos objetar que nadie pudo pensar, hasta que lo vemos prácticamente, que para cosa tan insignificante como los polvos insecticidas pudiera destinarse gran cantidad de terrenos al cultivo de las flores que proceden; que el mimbre, antiguo patrimonio de gitanos y gentes vagabundas, pudiera ser objeto de productivo cultivo, etc., etc.

Y que ¿acaso el cambio de ideas con gentes de otros países no hace modificar y aun a veces cambiar totalmente las propias? El roce de nuestros campesinos con los de allende el Pirineo, habrá de influir extraordinariamente en la desaparición de la maldita rutina y en acicate para el ansiado mejoramiento, porque tendrán también ocasión de apreciar que el crédito agrícola, la rotación de cultivos, el mejoramiento de especies, la selección de simientes y los progresos de la química y la maquinaria, no son sólo ideas utópicas del bufete o del laboratorio, teoría de revistas ilustradas, sino que la práctica las ha adoptado y el agricultor retira de ellas en la actualidad beneficios incalculables.

Tengamos fe en nuestro porvenir y sigamos examinando lo que son y pueden llegar a ser los demás elementos de vida que integran la presente de la antigua capital de la Lacetania.

 

JUAN LACASA SÁNCHEZ-CRUZAT


siguiente>>