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Artículos de Juan Lacasa Sánchez-Cruzat sobre Jaca y el ferrocarril de Canfranc
 

 Semanario "El Pirineo Aragonés"

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JACA Y EL FERRO-CARRIL II 

11/06/1910

Tarea harto difícil es en todas ocasiones predecir los acontecimientos que han de desarrollarse en el futuro y únicamente recordando el pasado y fijándonos en el presente, podremos con algún fundamento calcular lo que pueda ocurrir en el venir de los tiempos; y si el factor ferro-carril no es circunstancia despreciable en el caso presente, sus ventajas o inconvenientes han de ejercer gran influencia en la vida de Jaca y de la comarca que la rodea.

Remontémonos en la imaginación a épocas que pasaron y veremos que, comunicada España con Francia, en el modesto tráfico de otros tiempos, por simples caminos de herradura, toda la región pirenaica se desenvolvía en condiciones análogas; pero llega un día en que se construyen algunas carreteras, y los pueblos que no disfrutan de este beneficio languidecen en su riqueza, hasta que apercibidos de lo precisas que les son mejores vías, reclaman de los Poderes con insistente empeño la construcción de las que les interesan. Años tras años clamó Jaca por la terminación de la de Zaragoza a Francia por Canfranc, tropezando en unas ocasiones con dificultades del ramo de Guerra y en otras con las económicas de parte del Estado, hasta que un hombre de grato recuerdo, de tanto valor guerrero cuanto de gran corazón, Don Juan Prim, percatado de la necesidad de la repetida carretera, interpuso su valiosísima influencia, y en el año 1874 abrióse al tránsito por el alto de Somport.

A partir de aquella fecha, desaparece la arriería, y gran número de carros se dedica a la exportación e importación de diversas mercancías, de un modo regular que se acrecienta en determinadas épocas por la intensa demanda de vinos, lanas, etc., etc.; pero el comercio avanza en su rápida carrera, y aquilatando, pluma en ristre, hasta la milésima del céntimo, se ve obligado a desistir de utilizar tales medios de transporte, por su precio exorbitante, y así sucede que, mientras el transportar una tonelada de mercancía desde Jaca a Olorón cuesta de 70 a 80 pesetas en los 86 kilómetros que separan a ambas poblaciones, por ferrocarril se verifica con más economía dentro de un recorrido próximamente de 700, que se hace en la actualidad.

 

El resultado, más que lógico, de estas diferencias, es la paralización absoluta del tránsito por esta carretera, que accidentalmente, por el transporte de maquinaria y algunos otros artículos propios de la construcción del ferrocarril, sostiene intenso movimiento hasta la embocadura del túnel; pero los kilómetros de uno y otro lado, lindantes con la línea divisoria quedan convertidos por su soledad en verdadero cementerio.

¿Podrá achacarse esta paralización a motivos de un arancel elevado con demasía, a falta de simpatía entre los habitantes de los pueblos fronterizos o a otras causas de índole muy distinta? Podemos afirmar que no, pues mientras por este lado acaece lo dicho, al trasladarnos a Port Bou o a Irún, a Cervera o a Hendaya, habremos de observar tráfico intensísimo, cada día creciente, como lo demuestran las oportunas estadísticas.

¿Qué diremos si de las mercancías pasamos a los viajeros? ¿Cómo no recordar aquellos trenes especiales, que con la misma facilidad llevan miles y miles de amateurs franceses a la plaza de toros de San Sebastián, que incontables peregrinos a la gruta de Lourdes? El movimiento total que por vía terrestre existe entre España y el resto de Europa, se verifica por las dos líneas férreas, y las carreteras todas que cruzan el Pirineo vense, relativamente, tan desiertas como la de Canfranc.

Convengamos, pues, de plano y sin ningún género de reservas en que, sin la construcción del Canfranc, Jaca no podría aspirar a ser nunca más de lo que es, una ciudad modesta unidad a España por lo que se llama un ramal, casi desheredada de los beneficios que representa el poder tomar parte en el concierto mundial.

Veamos cuales son los elementos que en la actualidad constituyen nuestro modo de ser y la mejora de que son susceptibles al utilizar la nueva comunicación, empleando para facilitar nuestro modesto trabajo una clasificación de los mismos: trataremos de lo que son y puedan llegar a ser su agricultura, su industria, su comercio, su vida militar, su vida eclesiástica, el veraneo y otro elemento que en nuestras naciones y algo ya en España pone en circulación muchos millones de francos. Me refiero al turismo.

JUAN LACASA SÁNCHEZ-CRUZAT


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