"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses "La Unión" y “El Pirineo Aragonés”
JUAN LACASA LACASA

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CURIOSIDAD LITERARIA SOBRE SANTA OROSIA

01/03/1991

La Asociación aragonesista LA CADIERA se fundó en Zaragoza en 1948. La integran hasta treinta miembros, aragoneses y residentes en la capital regional. Sus fines son lógicamente el amor a Zaragoza y a Aragón y publicar filantrópicamente breves obras impresas de tema aragonés. Muy grato recuerdo guarda quien firma de la invitación que esta Cadiera le hizo en Febrero de 1962, nada menos, para disertar en una sobremesa de la mensual reunión gastronómica, con el título de Visiones de un Fronterizo. Luego aquellas palabras se publicaron por la Asociación con el número 170 de sus ediciones.

En esta laudable labor de más de 40 años alcanza lo publicado a 395 textos, siendo ese número el aparecido en Octubre de 1990, sobre vida y Martirio de Santa Orosia. Contiene la charla que el propio Presidente actual, el Doctor Ricardo Horno Alcorta, pronunció en dicho mes ante sus compañeros de tertulia.

Siendo muy reducidos los ejemplares que se editan, nos parece un deber jaqués hacer llegar a más amplios círculos alguna noticia de esta publicación, que amablemente nos envía Horno.

En 18 amplias páginas el Presidente de La Cadiera hace muy amena exposición de los orígenes, tan controvertidos, de nuestra Santa, de su breve vida, su martirio y el culto que ha alcanzado. En otras ocho páginas facsímil reproduce el pliego titulado Relación de la Vida y Martirio de la Serenísima Infanta de Bohemia, Invicta Reina de Aragón, Insigne Patrona de la Ciudad de Jaca y sus Montañas.

De autor anónimo, se imprime en Zaragoza en 1743, por Francisco Moreno, que tenía taller desde 1734 en la Plaza de la Seo y luego en la calle Cuchillería. Fue estampador de muy valiosas y eruditas publicaciones.

Las ocho planas contienen a doble columna asonantado romance de más de 600 versos. Traemos algunos:

“Por los años de ochocientos cincuenta y cinco a la esfera
nació el prodigio más raro y que vio el tiempo en las liras,
en una infanta divina, en una niña tan bella
que al partir con el sol luces se las puso en competencia”

Detalla la muy aludida negociación romana para casar a la jovencísima Orosia con el que decían Rey aragonés Fortunio Garcés Segundo. Pero

“Que antes que conociese al esposo de la tierra
sus bodas celebraría con el del cielo en su esfera
por medio de la corona del martirio que dispuesta
el camino la esperaba para esmaltar su cabeza”.

 Pasados dos siglos largos de la gloriosa tragedia
un santo pastor sencillo repostando sus ovejas
halló junto a sí un ángel que con sabia providencia
la mostró la sepultura donde entre aquellas breñas
yacía de Orosia el cuerpo con celestes centinelas”.

Narra el anónimo autor del pliego la marcha del pastor hacia Yebra y Jaca:

“Y refiriendo al suceso dejó la Santa Cabeza
en la Iglesia parroquial de la venturosa Yebra ...
llegó al término de Jaca, empezaron por sí mesmas
las campanas bulliciosas a tocarse a grande fiesta”.

Detalla la proclamación de Orosia por Patrona y resume los prodigios que obra:

“A los muertos resucita, en los peligros preserva
y como tiene en las nubes vinculada la intendencia
hace que las aguas sacien la sequedad de la tierra”. 

Horno detalla extenso cuanto aparece como esencial en uno de los mejores textos de la bibliografía orosiana, el Compendio de la vida magna de la Santa, con más largo título, por el que fuera canónigo de Jaca Salvador Alberto Alavés y Lasala, impresión por Pascual Bueno en Zaragoza 1702, ejemplar de la Biblioteca Universitaria de Zaragoza. A esta misma obra hacen cita los dos esenciales trabajos recientes, el de 1981 por nuestro Don Juan Francisco Aznárez, a instancia del Prelado Don Juan Ángel Belda y el fundamental volumen, edición de la Diputación General de Aragón 1988, por Enrique Satué Oliván, sobre las Romerías de Santa Orosia.

Espera Satué que otros trabajos, que sería muy grato pudiera culminar Aznárez, arrojasen nueva luz documental a la cronología de Santa Orosia, tanto de su origen, vida y martirio como de la etapa entre su sacrificio y el descubrimiento de sus reliquias. Eruditos como los citados, Antonio Durán Gudiol y algún otro vienen a ir centrando en esta XX centuria nuestra la remota y oscura realidad histórica que encuadra cuanto concierne a Santa Orosia. La fe de los jaqueses y de otros muchos cristianos la adora en los altares. Que el amor y el saber de los eruditos confirmen paso a paso la atractiva historia-leyenda. Y en ese campo, gracias a La Cadiera y al Doctor Ricardo Horno su Presidente, por reavivar ese recuerdo del ayer jaqués.

JUAN LACASA LACASA

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