"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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 PERSPECTIVAS DE SAN JUAN DE LA PEÑA

14/07/1989

De El Escorial dijo Ortega y Gasset que era la gran piedra lírica de España, la de mayor poder evocador de la Hispania del siglo XVI. San Juan de la Peña es, desde luego, la gran piedra lírica aragonesa, matriz y origen, símbolo supremo de nuestro viejo minúsculo reino.

Vale la pena refrescar a veces, la gran andadura reciente del monumento impar. Distamos más de siglo y medio del aciago momento desamortizador y exclaustrador, del 1835 de Mendizabal, que hace morir la Comunidad Benedictina que durante ocho siglos había dado sentido a los Monasterios Viejo y Nuevo.

El centro del XIX pudiera llamarse el momento de los viajeros románticos, a lo Víctor Balaguer y el grabador Parcerisa, 1844, con bastantes lamentos literarios, y una mezcla de asombro y pena en los que por intrincadas sendas llegan a los dos Monasterios, Son las etapas, a veces ni eso, del Guarda solitario más cercano casi de Juan de Atarés que de nuestro tiempo de visitantes masivos. A final de esa centuria, comienza la acción oficial, surge la actividad del Arquitecto Magdalena, llamémosle primer restaurador. Algún momento de aguda actualidad, con la visita, 1903, del Rey Alfonso XIII, desde Jaca. Y ya se camina a la modernidad. Demos los nombres de Ricardo del Arco y Francisco Iñiguez Almech como el divulgador más sonado y el operante más concreto y al día, 1915 y 1935 redondamente.

La acción de entusiastas, otro nombre que centra, el Rector Ricardo Royo Villanova, logra el camino o carretera por Bernués, malogradas las tentativas por Santa Cruz por criterios militares de la época. Ese acceso se inaugura en 1931, hay cinco Días de Aragón, hasta 1935, con voces de profetas a lo Miral o regionalistas de pro. Es de 1934 el Patronato oficial, promoción de parlamentarios aragoneses. Y ya la guerra española que corta etapas y alumbrará nuevas inquietudes. En 1950 surge la Hermandad de Caballeros, patrocinio del Obispo Bueno Monreal, que va a alcanzar 40 años de existencia y al menos de constancia y tesón.

Abandono en el Monasterio Viejo y meritoria y salvadora acción del Arquitecto Chueca Goitia en la iglesia del Monasterio Nuevo, con su fachada, naves y torres de barroco tardío. La gran jornada de 29 de Junio de 1959, con el Santo Grial y la presencia de personalidades, el General Franco, el Nuncio Antoniutti, el Arzobispo y los Canónigos de Valencia guardadores de la joya legendaria. En el decenio de los 70, explanación del camino por Santa Cruz, la Hospedería consolidada ya desde los 50, y el asfaltado decisivo en Noviembre de 1981. Desde 1984, gran empuje restaurador en el Monasterio Viejo. En 1985-87, la enorme mejora de los cuatro kilómetros de la General Jaca-Pamplona a Santa Cruz. Nuevo Guarda activismo y eficiente, afluencia masiva. En Mayo 1989 han llegado 248 autobuses de turistas, 8 diarios, al Monasterio Viejo.

Se ha logrado, desigualmente, un acceso rápido y una significación del Monasterio Viejo dicho. La ruina del gran perímetro del Nuevo avanza salvo en la Iglesia aludida. San Juan es la visita turística comodín desde Jaca. Las multitudes invaden el recinto del cenobio pinatense y se agudiza la nostalgia de la intimidad perdida.

Lo urgente es salvar ese altísimo valor de evocación, de transporte a la Edad Media, que levantan en el ánimo del visitante medio la gran roca volandera, las Iglesias, el Claustro, las tumbas reales. Hay que concretar un esfuerzo completador, no olvidar la reivindicación decisiva de la posible presencia benedictina. Hay que recrear el silencio y el respeto al lugar origen de lo aragonés. El viejo Monasterio ha pasado a Museo y el Nuevo, que se está evaporando, debe al menos dibujar su perímetro y decir lo que fue en su gran dimensión. Bullen proyectos y en todos ellos lo importante es definir una prioridad de valores. Esta nota casi atropellada quiere ser aldabonazo en la conciencia de jacetanos, de oscenses, de aragoneses todos para conservar el permanente gran tesoro.

JUAN LACASA LACASA

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