"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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EL CAMPO ATRINCHERADO DE JACA

16/06/1989

Este concepto titular, que ahora puede parecer sorprendente e irreal, estaba en plena vigencia hace unos cien años. Lo hacen de actualidad los importantes trabajos que el Ministerio de Obras Públicas realiza en la carretera nacional 330, clave europea E-7, entre Jaca y la frontera de Somport. Los grandes movimientos de tierras y rocas ponen en cuestión la situación de la llamada Torre de Fusilería, muy deteriorada, que todavía se alza en la gran pendiente antes de llegar al viejo término de Arañones, hoy explanada de la Estación Internacional, municipio de Canfranc.

Nuestro afán es puramente informativo, sin entrar en las decisiones de la Administración estatal, autonómica, provincial o locales. Sólo deseamos que se haga lo mejor y que se acierte por todos.

Recurrimos una vez más a la primordial fuente informativa que es la colección de este semanario, con su corto antecesor “El Eco del Pirineo Central”, que dura de abril 1881 a abril 1882, enlazando muy directamente con “EL PIRINEO”. De los dos últimos decenios del siglo XIX hemos extraído algo más de 200 noticias de tipo militar, esencialmente de los trabajos de fortificaciones, con los fuertes de Coll de Ladrones, Rapitán y Santa Elena, este en el valle del alto Gállego. Enlazado con ello anda el avatar de las Torres de Fusilería.

Era forzoso que en el pensamiento militar del avanzado siglo XIX subyaciera el recuerdo, no demasiado remoto, de la Guerra de la Independencia, de la penetración 1823 de los Cien Mil Hijos de San Luis, reacción absolutista de Fernando VII, y mucho más reciente la pequeña guerra relámpago de 1870, batalla de Sedán y caída del Imperio francés. España, aún potencia colonial, que pronto haría crisis, pensaba también en eventuales incidencias en su frontera pirenaica.

El observatorio que es “EL PIRINEO”, con su redacción en Jaca ciudad, pero con aguda conciencia comarcal a la vez, explica que las noticias más frecuentes sean las relativas a Rapitán, menos numerosas las de Coll de Ladrones y aún menos concretas las de Santa Elena.

En agosto de 1882 se habla de que el Capitán General del Distrito, don Luis Dabán, hace un viaje, a caballo entendemos, desde Panticosa y Sallent por Izas, e inspecciona con satisfacción los trabajos en Coll y las inmediatas torres. En junio de 1884 se concreta la explanación de Rapitán. En mayo de 1888 no sólo se nombran estos lugares sino que se habla de otros proyectos en el monte de Asieso, gemelismo con Rapitán, Paco Mondano, Sabiñánigo y acaso alguno más. Se decía que ello beneficiaba a la comarca con miles de jornales y actividades a largo plazo. En marzo de 1886 se había trabajado por el contratista Astigarraga en la carretera de Rapitán. Todo el decenio hasta 1890 está repleto de referencias.

Especial atención se dedica al artillado de Rapitán tras la obra civil, con once cañones del calibre 15, procedentes de Trubia. No llegaba aún el tren a Jaca y han de ser transportados por carretera desde Huesca, manejándose una cuerda de 37 metros de larga y 200 kilos de peso, hecha en la capital provincial y exhibida en Jaca.

No podemos alargar este texto, que resultaría un serial. Hay que recordar a vuelapluma los trabajos topográficos, las visitas de la Escuela Superior del Ejército, presencias de otros Generales como Martínez Campos o el Marqués de Ahumada. Por concretar, en julio de 1899 se da por entregables y acabados Coll y Rapitán. En éste se iza por primera vez la bandera nacional en noviembre de 1900. Hay pequeñas guarniciones en esos fuertes, con residencia de alguna familia. En diciembre de ese 1900 fallece en Rapitán un niño, de muerte natural. En un duro invierno perece un soldado solitario en el ascenso a Rapitán, frente a colosal nevada.

Del lado francés, hay planes de fortificación que van de Hendaya a Tarbes y surge el castillo del Pourtalet cerca de Urdos, hoy espectacular y visible, ligado después a la presencia momentánea del preso Mariscal Petain, en las divisiones interiores francesas desde 1940 frente a la Alemania hitleriana.

Volviendo en fin a las Torres de Fusilería, hubo dos, la ahora presente y a decidir frente al empuje carretero, y otra en la explanada de Arañones. Son espléndido documento geográfico, que reproducimos, las fotos que nos facilita el coleccionista Antonio Izuel Ureta, canfranqués enraizado en Jaca. El empuje ferroviario en el comienzo del XX contempla la segunda torre, desaparecida, en las cercanías del actual Silo reciente, no lejos de la boca española del túnel malogrado.

Otras referencias de este seminario nombran con insistencia fortificaciones en La Sagüeta, entre Anglasé y Rioseta, pero quedó en construcción que no llegó a cuajar o suspendió trabajos.

En fin, los fuertes esenciales de Coll, Rapitán y Santa Elena cumplieron su misión y quedaron desactualizados, ya casi con la incipiente aviación militar de la Guerra de 1914 y no digamos con la masiva de 1939-45, más el paracaidismo y hasta la bomba atómica. Están pasando a manos civiles y tienen un aire museal e histórico que conviene salvar.

Muchos nombres de ingenieros militares se vinculan a esas acciones decimonónicas. Uno de ellos, presente aquí largos años, es Federico Jimeno, en sus grados de Capitán a Coronel, o De la Tejera o Julio Rodríguez Mourelo. Amplio material oral recogí yo mismo de los recuerdos de mi padre, presente con intensidad en la vida de Jaca redondamente desde 1892 a 1956 en que muere.

Ahora se dice con optimismo y esperanza que el Pirineo, integrada España en la Europa Comunitaria, debe ser un simple macizo montañoso interior y ya no más una frontera. Mucho queda por recorrer para que así sea realidad. Mientras eso llega en paz, miremos con simpatía y entendiendo sus motivaciones a las personas y a las obras militares que defendían la frontera pirenaica en el final del siglo XIX.

JUAN LACASA LACASA

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