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"Los afanes de una vida"
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REMINISCENCIAS DE SANCHO IZQUIERDO20//11/1987 |
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Este es el título expresivo que encabeza un reciente trabajo del universitario jaqués Tomás Buesa Oliver. Nos llega en una separata de hacia veinte densas y nostálgicas planas, de los Cuadernos de Aragón, Institución Fernando el Católico. Tras agradecerle el tan grato envío, lo comentamos desde nuestro ángulo. Porque el hacer de Sancho Izquierdo se vincula tanto a las cosas de Jaca que nos resulta difícil separarlas. El largos años Rector zaragozano es una muestra especial de vitalidad. Nacido en Calanda en 1890, anda pues acercándose al centenario de su edad, conservando salud, luces de conocimiento y envidiable memoria que le hacen resultar fácil historiador de un siglo vivido por él intensamente en el ambiente aragonés y también desde luego en el español entero. Se une Buesa a las voces laudatorias y amigas que se dejaron oír en el Ateneo de Zaragoza en Marzo de 1986 y para ello entra en los aconteceres concretos de presencias en Jaca de Don Miguel. Es año de arranque el remoto 1927, ya sesenta años, y culminaba, a medio siglo de la primera piedra de la Residencia, con su lección de apertura de aquel Curso de Verano en 1977. En el intermedio quedaban, múltiples y varias intervenciones sobre los más variados temas, en la Residencia, en el Teatro Unión Jaquesa desaparecido. Y ello con materiales vinculaciones a lo jaqués, desde el nacimiento de un hijo aquí hasta su afincamiento en lugar próximo a la Universidad y colaboración en iniciativas jaquesas. Especial vigor local ofrece la separata de Buesa al evocar andanzas teatrales de la juventud jaquesa de entonces en 1949, va para cuarenta años. Había aparecido, con el tan frecuente y motivador detalle del servicio militar aquí y enraizamiento instintivo en lo civil, el “hombre de Teatro”, José Mª de Quinto, que hizo amistad y compañerismo con Buesa y se lanzaron a la creación del Grupo teatral “Coturno”, con aspiraciones de modernidad y superando lo más corriente de la época con los nombres de los Álvarez Quintero, Arniches o Muñoz Seca. Renuncio a repetir aquí nombres de aficionados jaqueses que dieron vida, en el escenario de Unión Jaquesa, regentado por Tramullas abuelo, “Nuestra Ciudad” del americano Thornton Wilder y “Doña Rosita la soltera” de Lorca. Para superar alguna dificultad que entonces ofrecía, administrativamente y no por lo político, el nombre del poeta granadino, Buesa cuenta la mediación eficaz de Sancho Izquierdo cerca del Gobierno Civil de Huesca, que quitó las aprensiones de la Sociedad de Autores. Todo aquello fue un éxito y merecía continuidad pero se extinguió con la ausencia de Jaca de Buesa y de José María de Quinto. Otra colorista evocación del trabajo es el ambiente de peña literaria que alcanzó el Quiosco Cuatro Vientos en el lado izquierdo del Paseo de Franco. En 1947 circuló minoritariamente un “Romancero de Cuatro Vientos” movido por los grandes nombres, hoy con nimbo académico de inmortales, como Blecua, Alvar o Lázaro Carreter. La caricatura de Sancho Izquierdo recogía los acusados rasgos físicos y morales del Rector Sancho Izquierdo. Por último no podía faltar lo cheso y ansotano, ligado a los orígenes del fundador Miral y a las permanentes presencias y visitas de los universitarios a esos valles cada verano y la venida a Jaca de los Puyó o Méndez y ya ahora de sus continuadores. Varias fotografías y facsímiles de aquellos programas teatrales de “Coturno” completan el valiosísimo folleto de Tomás Buesa. De corazón se le agradece la frecuente cita de nuestro quehacer recordatorio en el libro sobre Medio Siglo de los Cursos, editado por la Universidad en 1980. Querríamos que todo esto sea solo promesa y augurio de que la labor de Tomás Buesa continúe por decenios, al margen de jubilaciones administrativas, en su hacer universitario y en todo lo jaqués que siente como suyo en su alternativo andar del Ebro al Pirineo. Y en cuanto a quien ha dado ocasión a estas páginas, Don Miguel Sancho Izquierdo, que le veamos centenario mientras Dios bendice su prole que también alcance los dos ceros en cuatro generaciones. JUAN LACASA LACASA |