"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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GRAN EXPOSICIÓN "POR EL CAMINO DE COMPOSTELA"

22/12/1983

En momento muy adecuado tiene lugar en Jaca, en el gran marco del Palacio de Congresos, esta muestra del acontecimiento medieval que tanta huella deja aquí y es continuo objeto de estudios e investigaciones en los que se mezcla nuestro ser histórico.

La exposición, de carácter itinerante, ha sido preparada por el Ministerio de Cultura y dentro de él por la Subdirección General de Arqueología y Etnografía de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas. El Subdirector General don Manuel Martín Bueno ha venido expresamente a Jaca a inaugurarla. Ello ha tenido lugar en la noche del lunes 19, con la presencia de autoridades, de la mayoría de los miembros del Concejo, en ausencia del Alcalde Armando Abadía y de diversas representaciones. El material expuesto es una serie de paneles con abundantísimas fotografías, mapas, esquemas y dibujos, más textos reasaltando lo esencial. Hay un muy cuidado catálogo de 110 páginas, también pródigamente ilustrado y que contiene la literatura de los paneles y permite conservarlo como gran recuerdo y huella para curiosos y eruditos. Se ha aprovechado la ocasión del Año Santo 1982. La exposición es visitable hasta el 2 de Enero.

El Subdirector General inició el acto de apertura con muy acertadas palabras sobre la idea organizativa y sus criterios esenciales. Y a continuación se recorrió detenidamente el conjunto.

El origen del gran fenómeno colectivo del Camino hunde sus raíces en tradiciones y creencias del mundo pagano sobre el que hubiera de aparecer el Cristianismo. Se analizan los comienzos de las peregrinaciones cristianas, con una potenciación del sentido de la vida como paso y tránsito en busca de la Divinidad. Se detalla la vida del Apóstol y el gran hecho del descubrimiento de su sepulcro, noticia que conmueve a la Europa carolingia y llega al Papado. Sobre este arranque en los siglos IX a XIII alcanza la plenitud la continua peregrinación. Participan en ella, masivamente, incluso según testimonios árabes, los más diversos pueblos, enumerándose hasta setenta, desde los de la Europa Central e Inglaterra, que llega también marítimamente a las costas gallegas, hasta los del más lejano Mediterráneo y el Oriente próximo, incluyo paganos, musulmanes y judíos.

 

Todo opera sobre el marco de la España medieval, partida en los mundos cristiano y árabe. Éstos, dominando ampliamente el Sur de la Península, explican los movimientos del eje Oriente – Occidente, del Pirineo al Atlántico. Se suceden emires y califas, almoravides y almohades, mientras que en el Norte se da la presencia del Reino asturleonés con el posterior empuje castellano y al Este Navarra, Aragón y los Condados catalanes. Cuando avanza la Reconquista y se acerca la Edad Moderna va a decaer la peregrinación, influida por hechos tan importantes como el Cisma de Avignon y luego la Reforma.Es diversa la motivación del peregrinar, con el diverso carácter del gran desplazamiento, voluntaria, obligatoria, incluso penal y con variantes de colectiva, delegada o privada. A ella se mezclan gentes de toda condición, muchos maleantes y profesionales mendigos, lo que produce reacción reguladora y protectora de los auténticos.

Mucha importancia se da al examen de los aspectos físicos del camino, que sigue a veces las calzadas romanas y que modernamente se va desdibujando con los trazados de otras vías. Se comentan los ríos y la pureza o malignidad de sus aguas, las fuentes, de las que hay abundante huella arqueológica y muy especialmente los puentes. Los hospitales no tienen carácter de exclusivos para enfermos sino de albergues y general acogimiento, atendidos de diversa manera por civiles o religiosos de varias órdenes. Las Iglesias y Monasterios son otro gran sedimento arquitectónico del Camino. Se cierra con la natural exaltación santiaguista.

Abundante cita de lo jaqués o próximo hay en este conjunto. El paso de Somport, alguna localidad francesa cercana a él, el tan radicalmente desaparecido Santa Cristina, la personalidad de Sancho Ramírez, el Puente de San Miguel, la Catedral, la desviación al no lejano pero recóndito San Juan de la Peña.

Esta exposición merece reposada visita, que excede el mero curiosear, y es una profundización de lo jacetano, que milenariamente vinculado a las salidas y entradas de lo español hacia y desde Europa, culmina en esos siglos del Camino sus contactos y relaciones. Extrema gratitud se debe al Ministerio de Cultura y sus organismos pertinentes  y aludidos y la ocasión es para celebrar de nuevo el acierto de nuestro Palacio de Congresos, acogedor de tantos aconteceres en que se conjugan los intereses morales y materiales de la ciudad y comarca.

JUAN LACASA LACASA

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