"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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PERMANENTE ACTUALIDAD DEL CANFRANC

27/01/1983

El Canfranc es una leyenda aragonesa y a la vez un hecho físico que no se borra fácilmente. En el alma colectiva de la Región, es la aspiración de generaciones que pidieron que Aragón, el Valle de Ebro, tuviera comunicación directa con Europa por el centro de la cordillera. Físicamente, la subida de la vía a Huesca, Jaca y Canfranc en 1.883, 1.893 y 1.928, la deja allí, mejor o peor utilizada pero existente. Es un cadáver colosal que no puede enterrarse. Mientras no logren que se levante la vía o que se obture el túnel, lo que juzgamos inverosímil, el Canfranc hace hablar.

Estas semanas vuelve a reaparecer en la actualidad política. En la primera decena de Enero ha habido, por azar, la simultánea presencia de los Ministros de Transportes. Por España, don Enrique Barón, titular socialista de esta cartera en Madrid, visita el Valle de Canfranc. En Francia, el lunes 10 de Enero, M. Charles Fiterman, ministro de Transportes en París, acudió a Pau en gestión relativa a autopistas, industrias y problemas generales del Bearn y zonas próximas. El Ministro español manifestó que consideraba necesaria la reapertura como línea alternativa con las de los extremos del istmo. El ministro francés, tras calificar con humor el tema como surrealista, propuso una comisión francesa tripartita de Estado, Región y SNCF, ocupándose también del triángulo Pau-Dax-Bayona. Dijo que ya había vuelto a abrir algunas líneas secundarias y que el carácter internacional de esta era mayor razón. Estaba dispuesto a asociar al Estado en el esfuerzo financiero.

Por Aragón, el tema está como siempre en la mesa. De él se ocupan el Presidente de la Diputación General don Juan Antonio de Andrés y el consejero de Obras Públicas y Transportes don Sergio Campo Rupérez, ingeniero oscense. Llevaron el tema en su agenda en recientes gestiones en Madrid. Por último, hay textos de Prensa muy variados y discutibles. Uno, en el diario El País, el 10 de Enero, contiene a nuestro modesto juicio muy graves errores, como el afirmar que se trata de un ferrocarril de vía estrecha o el señalar a Almusafes en lugar de Figueruelas como sede de la General Motors. Se termina negando posibilidades al Canfranc. Otro texto, en Heraldo de Aragón, del conocido periodista Ángel de Uña, fantasea con túneles de 12 y 42 kilómetros variando el trazado.

Creemos que por parte de todos, regiones aragonesa-bearnesa, Ministerio de Madrid y París, organismos económicos, representantes políticos, simples opiniones de la calle como ésta, debe haber un esfuerzo de objetividad y un situarse fríamente ante los pros y los contras. Es una realidad que el tren fue un medio de transporte decimonónico, con motor de vapor, anterior al de explosión, y que hubo largos decenios en que se vio en él la panacea redentora, para que su sola presencia solventara problemas centenarios de pobreza y subdesarrollo. Es igualmente real que todo esto está superado por las autopistas como símbolo de las comunicaciones a ras del suelo en el siglo XX. También es verdad que el tren necesita reformas técnicas, trazados mejores, velocidades competitivas con las del automóvil. Y todo ello mezclado con la crisis del petróleo

y el deber mirar a los transportes colectivos y saber todos los colosales déficits de las empresas ferroviarias estatales.

Especial circunstancia es la perspectiva de integración europea que tiene España. Consideramos ligado el Canfranc como tercera línea o central respecto a Irún y PortBou, a los grados de conexión real de España con Francia y la Europa continental toda. Si la relación Francia-España fuera tan intensa como la Francia-Alemania, o Francia-Bélgica o aun Francia-Italia, el Canfranc se haría indispensable por sí solo. Pero, ya lo vemos cada día, nuestra presencia en la Europa Comunitaria implica tremendos problemas agrícolas e industriales, y se nos discute y se nos exigen perfecciones y homogeneizaciones que no podemos improvisar en un año o en un quinquenio. Pensamos a veces que Francia mira a España, no por falta de amistad, sino por realidades diarias, como nosotros miramos a Portugal o incluso a Marruecos, como potencias menores o secundarias, hacia las que sentimos afecto e interés de vecinos, pero a las que no aparece decisivamente ligado nuestro hacer económico.

Consolador es que, en todo momento reciente, con lentitud y dosificaciones, hay en Madrid y en RENFE una voluntad, por encima de los cambios políticos, de mantener cada día mejor el Canfranc desde Zaragoza al túnel, con mejoras de la vía, el TER diario de Madrid a Jaca, el cambio de los astrosos ferrobuses, las ideas de electrificar desde Tardienta a Huesca capital y seguir hacia la frontera. Mientras Francia suprimió los trenes que llegaban a Bedous cortándolos en Oloron y seguramente querría matarlos en Pau, España no abandona la línea y ello es una garantía para Aragón.

Casi finalmente, ideas sobre túneles. Hemos hecho presente a don Sergio Campo, simplemente reiterándole antecedentes que le constaran por medios más técnicos y autorizados, que cuando a fines del XIX se habló del emplazamiento del gran túnel, hubo intentos de proyectarlo desde Villanúa, apareciendo en descenso hacia el lado francés con mucha menor altura, ganando cientos de metros al desnivel. Ahora se planean túneles mucho mayores, de 40 o más kilómetros en lugar de 15 o 20, para atravesar los Alpes. Y también en España, para mejorar la comunicación León-Asturias, por Pajares, se habla de un proyecto de inmediato comienzo, 1.984, por 35.000 millones de pesetas nada menos.

Con una séptima parte de eso, por decir algo, creemos que se remodelaría mucho el Canfranc. Y mientras, pedimos a todos, repetimos, objetividad, no fantasías ni arbitrismos, transparencia. Aragón autonómico camina a su hacer a través de etapas no fáciles, pero el hecho es que en pocos meses habrá de superar la actual transitoriedad y encarar, con unos u otros hombres, elegidos hacia Mayo, pensamos que para cuatro años, sus muy graves problemas. Desde ahora les pedimos, seguros de su eco, agudizada conciencia hacia la conexión ferroviaria por Canfranc, recogiendo su inmensa tradición y arraigo en el alma aragonesa, su realidad física con el túnel allí y sus posibilidades de superación.

JUAN LACASA LACASA

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