"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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RECUERDO DEL 12 DE DICIEMBRE

18/12/1980

A cincuenta años de distancia, todavía es preciso hacer un esfuerzo despersonalizador al querer hablar con perspectiva histórica de unos hechos de los que, como jaqueses pero por azar lejanos espectadores, guardamos referencias muy directas.

Jaca había sido, Septiembre de 1923 a Enero de 1930, durante la Dictadura de Primo de Rivera, otro lugar como tantos de España en que se había vivido la calma y la euforia optimista de una segunda “belle epoque”. Todo España había quedado de acuerdo, justificando el arranque de la Dictadura, que los viejos partidos turnantes y oligárquicos habían agotado el impulso pacificador canovista de 1876. Pero lo difícil era dar con la salida de “vuelta a la normalidad” y así se planteó el dilema Monarquía renovada o I República. Aquellos seis años jaqueses contuvieron nada menos que el paso del Canfranc a Francia, el comienzo firme de la Universidad de Verano y el inicio de urbanizaciones fuera del casco.

En lo militar, el Jaca de finales de 1930 tenía de Gobernador de la Plaza en la Ciudadela al General Don Fernando de Urruela y Sanabria gentil hombre de cámara de S. M. Alfonso XIII, bondadísimo presidente de una Filarmónica Jaquesa y excéptico ante los rumores de inquietudes ideológicas del Capitán Fermín Galán. Conocimos a éste, más o menos presente en la vida civil jaquesa, recordándole como espectador de fútbol en el campo de la carretera de Navarra. De García Hernández también guardamos memoria, pacífico visitante de nuestro negocio en la calle Mayor por asuntos materiales del Cuartel de la Victoria que ocupaba el Regimiento de Galicia. En el llamado del Estudio, calle del Ferrenal, hoy casas militares, estaba el Batallón de Montaña de La Palma, donde figuraba el Capitán Sediles.

Nosotros estábamos, desde aquel Octubre de 1930, en una pequeña Ciudad del Sur de Alemania, Calw en Wüttemberg, Selva Negra, en una Escuela de Comercio. Recibíamos Prensa española y también este semanario y La Unión de Don Fausto Abad; entrañables leídos en aquella distancia. Pero el 13 de Diciembre escuchamos rumores de graves sucesos en España. Nuestra sorpresa fue descomunal al comprar un periódico germano y hallar en primera plana un mapa de España con la sola presencia de Jaca en él. Se daban las primeras noticias de la insurrección, pero aun no alcanzaba al encuentro de Cillas ni menos al fusilamiento, ocurrido el 14, de los dos Capitanes. No era frecuente entonces el teléfono internacional ni era fácil tener noticias directas. Alguna fecha posterior tuvimos un telegrama tranquilizador.

Las referencias recogidas por cartas, periódicos y al regresar en Octubre de 1931 iban subrayando las características esenciales de los sucesos y creándonos memoria histórica de ellos. Lo esencial había sido la lenta movilización y marcha hacia Huesca de los rebeldes, que hubiera bastado para su fracaso. Igualmente, la pronta sensación que debieran adquirir de su aislamiento en el conjunto de lo español. No nos consta a qué hora, finalmente, supiera Galán la presencia de Casares Quiroga y la intención del Comité Revolucionario de Madrid de demorar el levantamiento. Pero sí sabemos que en nuestra casa de la calle del Obispo, tras la muerte de dos carabineros en la esquina del “Zaragozano”, subieron asustadísimos y uno herido levemente, unos estudiantes madrileños y al intentar mi padre poner la radio para escuchar noticias de Madrid, se opusieron decididamente porque les constaba que iba a acusarse normalidad y ausencia de disturbios en el resto de España. Yo tuve noticia en Alemania de los fusilamientos de Galán y García Hernández antes que mi familia, caracterizadamente monárquica en Jaca, aislados muy largas horas como el resto de la población.

Pero el principal recuerdo se extiende a la tristeza de los meses siguientes, con muchos lógicamente detenidos en la Ciudadela y otras partes. Regía la ciudad un Ayuntamiento de composición automática establecido con la fórmula Berenguer de antiguos concejales electivos y mayores contribuyentes. De él, Alcalde el médico Don José María Campo Sánchez Cruzat, formaba parte mi padre y también su hermano José María. Era de mayoría monárquica y se esforzó naturalmente en disminuir las tensiones que surgieron y estaban en diario contacto con la autoridad militar. Era frecuente la presencia del Capitán General de Zaragoza. Así iba transcurriendo todo desde Diciembre del 30 a Abril de 31, con elecciones y triunfo republicano. Principal acontecer fue la unánime petición de gracia al rey Alfonso XIII tras la pena de muerte impuesta al Capitán Sediles y desde luego concedida.

Seguirían los años de la II República, rápidamente puesta en grave duda sobre su eficacia de renovación nacional, por el “No es esto” de Ortega y Gasset ya en Diciembre de 1931. Así recordamos el 12 de Diciembre jaqués, en que Jaca se había vinculado con una fecha más a lo español. Pedimos a Dios, a medio siglo de distancia, que guardadas la paz y sobre todo la unidad de España, no haya lugar a repetirse parejos episodios.

JUAN LACASA LACASA

 

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