"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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RECUERDOS JAQUESES DE JOSÉ CAMÓN AZNAR

07/06/1979

Ha muerto un octogenario del mundo de la Universidad, del Arte y de las Letras, vinculado a nosotros, como tantos, por los Cursos de Verano, pero a la vez por su rotundo aragonesismo, por sus maneras, por su presencia aquí medio siglo como uno de los nuestros.

José Camón Aznar era un joven que maduraba y accedía a la plenitud al final de los felices veintes y que iba a recoger la antorcha de hombres de hacia el 98, entre ellos decisivamente del jacetanista cheso Domingo Miral López, fundador de los Cursos. Camón había llegado con él en los momentos augurales e iniciadores de 1927 y es precisamente en Julio de 1976 al inaugurarse un curso más, cuando cierra sus intervenciones en la cátedra jaquesa con su conferencia “Fernando el Católico y el arte de su tiempo”. Le habíamos escuchado en otras muchas ocasiones, por ejemplo en una sesión poética de hacia 1950 en el viejo teatro Unión Jaquesa, en que nos deleitó, entre otras, con su sentida y honda “Misa en la revolución”, recogiendo vivencias de los trágicos años 36-39. También, a comienzos de 1977 se une en el Ateneo zaragozano a los conmemoradores del medio siglo de la tarea de Jaca.

Pero su presencia más continuada e importante fue en otro momento excepcionalmente difícil, el de comienzo de los años 40, cuando ardiendo Europa en guerra y sin curso en los veranos 37 al mismo 40, aparece don Domingo Miral por última vez en el verano del 41 y al morir en la primavera del 42 le sucede José Camón en la Dirección de los Cursos. Paralelamente hay la presencia entonces de otro veterano Jesús Pavón, que pronuncia cuatro conferencias de Historia Contemporánea, sobre el tremendo y decisivo acontecer que nos rodeaba. Camón había conducido poco tiempo antes a los alumnos de Filosofía y Letras de Zaragoza a la casa de Don Domingo jubilado a la sazón y ya enfermo seriamente, encabezando a los que le daban homenaje y despedida.

Es en el Madrid de la postguerra española donde la acción de Camón adquiere plenitud, se expande y se hace patente a todos los españoles. Accede al Decanato de Filosofía y Letras de la Complutense, es Director del Museo Lázaro Galdiano, hace la crítica de arte en el ABC y escribe sus monumentales textos del Greco, Goya o Picasso, en un permanente magisterio y en un abarcar poligráfico de todos los saberes y de todas las formas literarias.

Últimamente habíamos convivido con Camón en los Premios “El Batallador”, al merecer ese galardón en 1977 y ennoblecer al máximo la relación de premiados con su nombre de primerísima categoría. Siempre tenía presente a Jaca y a los Cursos. Al desaparecer físicamente hemos querido evocar desde el rincón altoaragonés su nombre aquí presente medio siglo y su hacer universitario. Sabemos que Dios, al que sintió, amó y entendió como pocos, le habrá dado el premio a su vida repleta y colmadísima.

JUAN LACASA LACASA

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