"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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MÁS ESFUERZOS POR EL CANFRANC

01/06/1978

La Prensa de Huesca y Zaragoza, sobre todo los diarios “Nueva España” y “Heraldo de Aragón”, han dado una visión muy escéptica de la reunión hispano-francesa tenida en Huesca el 18 de mayo actual. Desde la modesta atalaya jaquesa queremos, una vez más, poner una nota de esperanza, con toda objetividad, sobre la situación actual del tema.

El hecho esencial es que en los últimos diez meses se ha trabajado muy en serio por ambas naciones y se ha concretado al máximo, con buena disposición de las Administraciones estatales de Madrid y París. En julio del 77 hubo un encuentro, de auténtico alto nivel, en asuntos Exteriores de Madrid, con gentes de muchos ministerios, y de allí salió un grupo más reducido, apenas veinte personas, que se han encontrado cuatro veces: en Pau, septiembre 77; en Jaca, noviembre 77; en Pau de nuevo, febrero 78; y ahora en Huesca, mayo 78. Esto ha representado un esfuerzo, muy de agradecer, de altos técnicos de Madrid y París, llegándose a un acuerdo firmado por ambas partes, en unos diez folios que afrontan las cuestiones esenciales necesitadas de concreción para la reapertura.

Hay que decir que España ha llevado claramente la iniciativa y hasta la noble exigencia. A trabajos más antiguos se ha unido el gran texto promovido por la Diputación de Huesca, en el conjunto de su estudio socioeconómico provincial, y la respuesta de Pau ha sido buena, con encargo del Consejo General de Pirineos Atlánticos y la Cámara de Comercio al Laboratorio de Estudios Económicos de la Universidad del País del Adour. Dos jóvenes sociólogos de este centro estuvieron en Huesca este día 18 y glosaron brevemente un texto de unos veinte folios que contiene excelentes datos al día sobre la realidad socioeconómica de nuestros vecinos. La Diputación ha sido pues gran inductor y de hecho se ha llegado a un estudio interregional-internacional, una gran tentativa de comunicarnos, de vernos juntos, de aproximarnos por encima de la barrera pirenaica.

Hay que decir que los ministeriales de Madrid y París han hecho un esfuerzo laudable en las cifras de perspectiva de tráfico. Se ha fijado en 73.600 las toneladas anuales de España a Francia y en 39.000 las de Francia a España. Creemos que si se restablecieran estas cifras se irían cubriendo por tráfico diverso, sobre todo si se mejorasen los servicios fronterizos y se llegase al óptimo de instalaciones superadoras de los diferentes anchos de vía. En viajeros se ha hablado de unos 200.000 españoles en el tramo Zaragoza a Huesca y frontera; unos 50.000 que atraviesen la raya hacia Francia. En sentido inverso de Francia a España, se manejan tres hipótesis, baja, media y alta que son similares.

Se ha fijado el coste de las mejoras de ambos lados en las líneas. Háblase de 750 millones de pesetas del lado español para puentes y túneles, vías, comunicaciones y edificios. Del lado francés se habla de 13 millones de francos fuertes, o sea, de 235 millones de pesetas, para el puente roto y el túnel de Peilhou y mejora de la vía. Paradójicamente vale menos arreglar lo francés abandonado que lo español en uso, pero éste es más largo y lo francés es más moderno.

El déficit de explotación del lado francés caballo de batalla, tampoco es sensacional y oscila de 5 a 8 millones de francos al año. Esta cifra se estima casi ridícula al hablarse, casi dudamos de su exactitud por lo astronómica, de pérdidas muy globalizadas, que incluyen hasta los haberes pasivos de todos los ferroviarios jubilados de Francia, de unos 11.000 millones de francos actuales, al año, o sea, cerca de 200.000 millones de pesetas, como seis veces las pérdidas de la RENFE española.

Los sociólogos de Pau dieron datos muy expresivos de la decadencia del Valle del Aspe, que ha bajado de 12.600 habitantes en inicio del siglo a 5.000 hace 10 años y a 3.000 ahora, verdadera desertización de los 50 y pico kilómetros de la frontera hasta Olorón.

Todo esto ha hecho el grupo de trabajo del que formamos parte. Queda ahora a Asuntos Exteriores de ambos lados y a los gobiernos decir la decisiva palabra restablecedora.

JUAN LACASA LACASA

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