"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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NUEVO ANIVERSARIO DE UN CANFRANC AGÓNICO

30/03/1978

 Mientras hay vida hay esperanza. No nos cansamos de asistir en el recuerdo del accidente ferroviario, 25 kilómetros al norte de la frontera de Somport, cuando el 27 de marzo de l970 un tren con carga de maíz salió de la vía y derrumbó el puente de L’Estanguet de la SNCF. Empezaba una dolorosísima etapa del legendario Canfranc.

Parece, superficialmente, que es inútil el esfuerzo de algunos, nosotros modestamente entre ellos, por hacer revivir el viejo tren progresista y prometedor edificado por los abuelos. Pero es que esta lucha es mucho más que la batalla por un servicio. Se ha hecho símbolo de altos conceptos de política nacional que exceden a lo ferroviario para alcanzar medidas de desequilibrio regional, de ecología y de choque de ideologías de empresas estatales y de pueblos que se resisten a morir tras decaer.

Lo que estamos haciendo en ocho años de hablar, de reunirnos, de viajar, de enfrentarnos españoles y franceses, es discutir de si sólo debe haber ferrocarriles para las zonas ricas o deben subsistir mejorados y evolutivos los ferrocarriles, hechos hace decenios o medio siglo al menos, que cruzan las regiones y comarcas pobres. En el caso del Canfranc se une una vertebración de lo aragonés precisamente, de Teruel a Zaragoza a la frontera de Francia por Huesca.

Honda satisfacción íntima experimentamos cuando el 29 de Noviembre último, en el Palacio de Congresos de Jaca, estas pequeñas ideas, aireadas por quien firma, merecieron el benévolo y elogioso juicio del Sr. Malaurie, de la Secretaría de Estado para los Transportes del Gobierno francés de París. Dijimos entonces que eran dos trenes distintos los Canfranc soñados en el final del XIX e inicio del XX y el Canfranc ideal de hoy. Y que eran distintas las regiones a quienes debe servir.

De la idea ingenuamente progresista de un tren que redimiera, por su solo paso, regiones enteras, se ha pasado a la empresarial de rentabilidad. Pero ésta cae terriblemente por su peso cuando la maneja una RENFE deficitaria anualmente en decenas de miles de millones. Ya sé que ellas quieren cerrar ferrocarriles que no renten, pero con esa idea tendría que cerrar todos, incluso la línea de Madrid a Barcelona.

No se puede hablar de una línea que no sirve para nada cuando altísimos intereses, incluso estratégicos, no pueden dejar a España unida con la Europa integrada a que aspira por solo dos líneas, las de los extremos. No es lícito, ni siquiera moral o profesionalmente, argumentar que el Canfranc solo puede pensarse como línea regional, teóricamente aislado de la red nacional, prohibiéndose incluso hablar de conexión con Levante por ejemplo. Y ello cuando hay solo en la provincia de Huesca por ejemplo unas hasta 300.000 toneladas de productos electroquímicos que son ignorados por la RENFE que al parecer quiere que se le lleven, con carretillos o con camiones, a sus vagones, sin moverse comercialmente desde las poltronas madrileñas.

No querríamos que todo esto suene a demagogia. Lo hemos dicho, con el máximo respeto a personas y con la máxima pasión nobilísima por lo nuestro, en despachos y en asambleas. Lo gritamos aquí desde este secular periódico altoaragonés, dispuestos una vez más y siempre al diálogo y a la colaboración.

Hay un Aragón que no es el de comienzo de siglo. Hay un campo de cerca de 50.000 kilómetros cuadrados que se ha desertizado demográficamente pero que también se ha mecanizado y regado y se hace más productivista. Hay una promesa de superación de esos riegos en cientos de miles de hectáreas del Valle del Ebro todo que buscarán su salida a Europa, no mañana por la mañana pero sí en decenios. Hay una Zaragoza industrializada y exportadora en miles de licencias. Hay una región que se resiste a desaparecer entre otras poderosas. Uno de los tests de la eficacia de lo autonómico que viene, al menos como experimento descentralizador en cualquier grado, es ver si las comunicaciones verticales de Aragón, y primordialmente el Canfranc, van a conseguirse en grados eficaces, por el nuevo peso de un Aragón que tenga más profunda conciencia de sus males. más eficacias de gestión pública y más peso político.

No hemos hablado de gestiones al día, de Comisiones y de actitudes. Hemos querido ir a lo más decisivo del tema. Por citar una sola persona nombremos al Embajador D. Ramón Martín Herrero, que en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid preside la Comisión de Límites de Los Pirineos y es el gran coordinador de Ministerios Técnicos y Económicos al representar a España frente a Francia. Por su bondad generosa, por su visión amplia de los problemas de España, querría que a él correspondiera la gloria de un Canfranc renovado.

JUAN LACASA LACASA

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