"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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ASÍ VEO A EUROPA

12/07/1975

Excuse el lector de mi modesta firma, preocupada tantos años por lo jaqués primordialmente, que ahora, con intermitencias, le habla de temas europeos y aun mundiales, por la ocasión que para hacerlo así me brindan una serie de viajes a casi toda la parte occidental de nuestro continente, de Estocolmo a Nápoles y de Londres a Munich por decir algo geométrico.

He visitado Inglaterra tres días a comienzos de mayo y ahora tres semanas Suiza, en junio, por la 60ª Conferencia Internacional del Trabajo, con una visita rápida a la Italia del Norte, al menos entrevista, y el cruzar con todo esto Francia cuatro veces. Me domina el tren, raramente el auto y alguna vez el avión. Me impresiona la red ferroviaria europea, su densidad, su orden, su eficacia. Por ello me duele aún más el Canfranc.

Inglaterra sigue siendo el país de la tradición, el protocolo. Con la libra en barrena, la estamos conociendo bajar al menos de 170 a 130 pesetas en lo reciente, allí siguen en marcha el relevo de la guardia colorista, el respeto a la dinastía, los brindis a la Reina al empezar los banquetes, el juego duro y limpio a la vez de las dos formaciones políticas bipartidistas. Especial impresión me hizo el conocer personalmente al Duque de Gloucester, joven sucesor de su hermano mayor, muerto en accidente de aviación. Es un verdadero muchacho abierto, de profesión arquitecto, que nos habló con sencillez de su conocimiento de la vida empresarial y me pareció todo lo contrario que una figura envarada y aparatosa.

Me apasiona y me da pena el fracaso reciente, o la marcha atrás, de la construcción del túnel bajo el paso de Calais, sin duda por las enormes dificultades económicas británicas, después de estar en marcha. Por el contrario, con una pequeña revancha técnica, se afirma el funcionamiento del aerodeslizador, ingenio realmente anfibio que circula sobre las aguas del Canal con una media de cien a la hora, contra 30 kilómetros o poco más de los barcos clásicos en millas. Quiero contar que usando ese medio en mi regreso Londres-Jaca, pasando en trenes por París, hallando a Lutecia congestionada ante día de fiesta, conté hasta once vehículos sucesivos que hube de usar, desde el hotel de Londres a mi casa, renunciando a SNCF desde Bedous y de Canfranc a Jaca.

Volvamos al Continente, la Conferencia del Trabajo es un espectáculo universal, casi 1.500 personas de 120 países digamos, de todos los colores e ideologías, reflejo a la vez de las tensiones del momento, por ejemplo la eterna árabe-israelí, esta vez con ocasión de admitirse como observadores a los miembros de la OLP, Organización Liberación Palestina, entre griterío casi demagógico y broncas patentes e inverosímiles a Estados Unidos, con retirada ¡de la representación obrera de USA!, protestas contra el voto proárabe de la representación obrera de Alemania Federal y así más cosas asombrosas.

Suiza sigue siendo un pequeño laboratorio democrático, pero también con problemas, por ejemplo el exceso de Referéndums, esta vez en junio actual con cinco preguntas al censo electoral nacional sobre temas exclusivamente tributarios. Ganó el Gobierno la subida de conceptos, con un solo no y cuatro afirmaciones.

Italia, por lo visto demasiado deprisa, pero más por lo leído, es un modelo a no imitar, aviso a los navegantes españoles. Se llega a decir en la degeneración del orden público, secuestros, huelgas, minihuelgas y superhuelgas, manifestaciones y atentados, que no podrá haber golpe de estado, ni de la derecha ni de la izquierda, porque ya no hay Estado. Parece que, junto a ese vacío de poder, la situación se sostiene por otras razones de equilibrio interno u otros poderes efectivos, como la Iglesia, los Sindicatos obreros, la gran industria. Y siempre renace la esperanza. Acostumbrados al desorden, sólo aspiran a un poco menos de desorden, en una alegre inconsciencia que les hace temer el orden impuesto, que sin embargo podrían un día aparecer, desde cualquier ala.

Francia camina con sus fórmulas y las transformaciones del gaullismo. Giscard parece jugar a pequeño John Kennedy. Admiro al menos la coherencia, la línea mucho más clara de operar allí, frente al superpartidismo italiano.

Por acabar digamos una impresión mundial. En los últimos treinta años, tres hechos clave, descolonización, aviación, televisión, han integrado al mundo. Que Dios le dé a Europa, tierra antigua y consciente, fuerzas de liderazgo al menos intelectual para dominar las mareas demográficas que suben en el tercer mundo.

JUAN LACASA LACASA

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