"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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JOSÉ SERRANO VICÉNS, TERMINA SU VIDA MILITAR ACTIVA

12/05/1973

Zaragozano y montañés de adopción, vinculado al Pirineo oscense, a la Jacetania, a todo lo nuestro, por instintivo amor a la montaña. Treinta y siete años de vida militar, casi todos entre nosotros, desde la lejana nieve de Candanchú, Sallent y Panticosa nada menos que de 1936-38. Campaña de Rusia también entre el frío y situación ya prácticamente definitiva en lo jaqués desde 1945, creación de la Escuela de Montaña. Hemos visto a José Serrano con la estrella solitaria de seis puntas y lo vemos dejar el uniforme diario en su veteranía juvenilmente canosa, sin alteración de su postura montañera, invariable en el amor a las cumbres. En este mismo número se reproduce un artículo suyo de 1957, profundamente expresivo de su filosofía naturista, deportiva, estética y fraterna hacia sus compañeros.

El “boom” esquiador de hoy tuvo lejanísimos precursores en los felices veinte y este José Serrano es el superpionero, el legendario, el de siempre, desde que nació hasta que muera. Escaladas veraniegas y de todo tiempo, esquí de competición o de solitarias y largas travesías intervalles. Socio número uno de Montañeros de Aragón, primero y único ganador de la Copa Almarza hacia 1935, implicando la totalización de más de 50 cimas de 3.000 metros, algunas en primerísima, colocación de buzones, descubrimiento de rutas, penetración en todo el Pirineo sin excepción. Serrano es el archivo y el viviente museo de lo pirenaico, la memoria de todo, la biblioteca, la experiencia, el nombre a insertar junto a los grandes de las dos vertientes.

Y junto a esa nota deportiva permanente e inigualable, las maneras de su carácter, su humanidad plenísima, callada casi siempre pero expansiva, abierta y desbordante cuando la vida le fue mezclando deporte y guerras, excursión y combate, placer incomparable del goce de las cimas y penosos deberes en la línea de fuego.

El Teniente Coronel Serrano ha sido objeto de un homenaje merecidísimo por la totalidad de sus compañeros de la Escuela, los de hoy y los de todas las épocas, venidos expresamente a Jaca para acompañarlo en su último día militar en activo. El General Cremades, el Coronel Ibarra y el propio Serrano dijeron elocuentísimas palabras expresivas de la comunidad del gran centro castrense vinculado a Jaca. Y José Serrano, desde el día siguiente, sigue en nuestras calles, en nuestras estaciones de nieve, en el paisaje que hizo suyo y que ayudó a ver mejor, a entender y a interpretar. Creemos expresar el sentimiento de cuantos compartimos con él las alegrías y dolores de la lª Compañía de Esquiadores del Cuerpo del Ejército de Aragón al desearle lo mejor hasta el final de sus días, gritarle nuestra gratitud y abrazarle fraternalmente.

Y pensar que en sus silencios y en sus adoraciones de las piedras amadas, un inconsciente parece susurrarle una voluntad final, que deseamos se demore por largos decenios:

Quiero tener mi tumba en la montaña
y así cerca de Dios me dormiré.

JUAN LACASA LACASA

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