"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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EL FERROCARRIL INTERNACIONAL DE CANFRANC, EN PELIGRO

15/04/1971

Un reciente número de EL PIRINEO ARAGONÉS señalaba la triste conmemoración del accidente ferroviario que el 27 de marzo de 1970 cortó nuestra línea del lado francés, sin posterior reparación. A partir de julio de 1970 se hizo patente la inquietud que en esta frontera, en Huesca, en Aragón todo, surgía en la opinión pública ante esta permanencia de la interrupción.

Por decisión del Excmo. Sr. Gobernador Civil de Huesca, don Víctor Fragoso de Toro se dio cauce sindical a cuanto se venía exponiendo. El 4 de julio, en Huesca, ante el Ministro de Relaciones Sindicales, don Enrique García Ramal, hizo patente quien firma el parecer de todos favorable al restablecimiento, con la mejor acogida por el Excmo. Sr. Ministro. En el seno del Consejo Económico Sindical Interprovincial del Ebro que preside don Santiago Pardo Canalis se constituyó una ponencia que presidimos. Hubo importantes reuniones en Huesca, Canfranc y Pau en Septiembre, Noviembre y Diciembre. El Excelentísimo señor Ministro de Obras Públicas de España, don Gonzalo Fernández de la Mora, en un viaje a París, mediados diciembre, realizó altas gestiones en el Ministerio francés de Transportes, como señaló ante TV Española en Barajas al regresar. La reiteración de Madrid a París era constante. En febrero de 1971, el Presidente de la RENFE, don Francisco Lozano, si bien señalaba las peculiaridades del recorrido del Canfranc, afirmaba su carácter complementario respecto a Irún y Port-Bou y añadía que en ningún momento se ha incluido el Canfranc en el estudio de líneas suprimibles. En el mismo mes hubo en Zaragoza dos conferencias que organizó la Económica de Amigos del País, con amplio eco en la Prensa.

En 4 de marzo supimos que el Gobierno de París pedía al de Madrid la garantía de tráfico mínimo y el estudio de los aspectos financieros de la explotación y con estos largos antecedentes se ha llegado a una muy importante reunión en París los días 5 y 6 de abril actual. Dentro de la lógica discreción, creemos a la vez deber nuestro informar a la opinión española del estado de la cuestión.

La negociación de París se preparó en la Embajada Española por un equipo de nueve miembros encabezados por el Ministro Consejero, don Luis Villegas Urzaiz, expertísimo diplomático y conocedor de los temas económicos y fronterizos hispanofranceses más los señores Fernández Longoria, Guerrero, Riera, Lasala, Armijo, Solé y quien firma, más el Secretario señor Calle-Cuenca, por Asuntos Exteriores, Gobernación, Obras Públicas, RENFE, Desarrollo y Relaciones Sindicales. Era para nosotros inmenso honor y responsabilidad asumir, a propuesta de don Santiago Pardo Canalis, la representación sindical española y de hecho la aragonesa como único miembro ante los equipos de París y Madrid.

La larga conversación, de cinco horas, con los franceses se desarrolló en el Ministerio de Asuntos Extranjeros, con representantes de tal Ministerio más los del de Transportes, Sociedad Nacional de Caminos Férreos SNCF, Interior, Aduanas y el propio señor Prefecto de Pau, cuya voz fue totalmente favorable al restablecimiento del Canfranc.

La postura francesa es eminentemente técnica y económica. Considera al Canfranc muy deficitario y pretende nivelarlo en sus gastos o cerrarlo. Se barajaron toda clase de argumentos. Se examinó a fondo el conjunto de relaciones ferroviarias francesas con Europa, que por el lado de Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Suiza e Italia, además de España, alcanza a más de veinte líneas muy diversas. La representación española esgrimió la saturación de hecho en los extremos Irún y Port-Bou, las perspectivas enormes del desarrollo agrícola e industrial del Valle del Ebro, el turismo pirenaico, el Tratado Preferencial con el Mercado Común y los posibles pasos subsiguientes hacia la integración. Francia ofrece una pobre solución de recambio, suplir el muerto tren por camiones que transporten containers movidos con grúas en Canfranc y unos autobuses Canfranc-Pau y regreso.

Con todos los respetos a Francia, seguros nosotros a la vez de la firmeza de la postura española, tememos que nos quedemos sin tren, que costó un siglo de esfuerzos y con una carretera muy deficiente, taponada por camiones que maten el turismo, como ocurre ya en parte en el taponamiento y punto negro de Candanchú, impracticable a veces por la nieve, como se ha hecho patente estas semanas. Se acordó estudiar a fondo nuevo tráfico para ver de hacer nivelable el gasto francés y reunirse de nuevo en Madrid el 18 de junio inmediato.

Creemos interpretar el sentir fronterizo, el de todo Huesca y el de Aragón y aun el patrio español al decir que es imprescindible superarse en este estudio acelerado, abarcando todos sus aspectos. Sería increíble malograr el uso del enorme túnel de ocho kilómetros, a altura inferior a 1.200 metros en España y en Francia a menos de 1.100, boca de Forges D’Abel, cuando se han hecho gastos, y se piensa hacer más, en túneles de hacia 1.700 metros de altura. Sólo una auténtica autopista, al menos de perfil básico REDIA, con doce metros de calzada y arcenes, que usase el túnel readaptado, ensanchado, ventilado, asfaltado, debería permitir suprimir el tren si razones invencibles en su técnica y economía lo aconsejaban. Pero frente a esto están las recientísimas orientaciones del III Plan de Desarrollo Español, que aconseja lanzar los tráficos pesados y largos hacia el ferrocarril, como recientemente ha hecho Alemania y practican otras naciones, coordinando el tráfico privado de turismo por carretera con el público por las vías férreas.

En fin, estamos ante la más alta ocasión. Urgen los días y urge que las voces aragonesas, ordenadas, respetuosas, conscientes, inspiren al Gobierno Español en su postura. Duro sería ver morir el Canfranc. Pero aún más duro si ello ocurre ante la inconsciencia y la indiferencia de Aragón. Porque queremos ser españoles útiles y no infra-desarrollados queremos el Canfranc renovado, equilibrado, sin déficit, sin decadencias y sin olvidos, como pieza indispensable de la relación España-Europa.

JUAN LACASA LACASA

 

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