"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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PRIMAVERA EN EUROPA

13/06/1967

Un viaje oficial al País del Arte, a la bella Italia, pero por temas económicos, empresariales, nos da una vez más ocasión de tomarle el pulso, con puntos de vista españoles, a la Europa que trabaja y que se reestructura a través de decenios de paz amenazada y precaria, pero paz al fin.

España, es patente, acusa su presencia día a día, año tras año, unas veces bien comprendida, otras todavía con prejuicios y reticencias, en todo el Mundo pero sobre todo en esta Europa vecina y a su vez, en tremenda transformación.

Hemos ido a Nápoles, sede de importantísima Universidad, de cuarenta mil alumnos en todas sus facultades, a trabajar unas jornadas en la de Ciencias Económicas y Comerciales, en el organismo Unión Internacional del Artesanado y las Pequeñas y Medianas Empresas. Están en ella quince países y se trataba de unas ciento cincuenta personas de los seis países del Mercado Común, de los cinco nórdicos, escandinavos, y hasta Finlandia e Islandia, y de mediterráneos como nosotros o Grecia. Aunque totalmente apolítica, la reunión no podía menos que reflejar posturas y pareceres y tener ecos hasta involuntarios del acontecer presente.

Este organismo, clasista en el mejor sentido, por cuanto refleja los intereses y las posturas de seis millones de pequeños empresarios del Viejo Continente, acusa ante todo una noble inquietud por defensa de la iniciativa privada, contra la masificación y el estatismo a ultranza, la colectivización en lo económico sea desde el ángulo materialista marxista o desde el capitalista que entrega al Estado, por razones técnicas, financieras o políticas, a veces hasta el exceso, mucho del hacer productivo.

Vemos en esto, lo hemos dicho otras veces, como un perfilarse de verdaderas clases sociales a escala universal, y es aquí la clase media la que presenta sus ventajas de equilibrio, de valor compensatorio, de puente entre extremos, frente a la proletarización por abajo y los enormes trusts y demás poderes a veces supranacionales. 

Continuamente se plantean en estas reuniones temas concretos y aplicados de enorme interés para el empresario medio o pequeño, como su desenvolvimiento financiero dentro de las tradicionales fórmulas patrimoniales o en otras que surgen, sus posibilidades crediticias, su nueva concepción de la empresa que hoy evoluciona mucho más aceleradamente que nunca, las relaciones con una mano de obra que hay que calificar cada vez más, y hasta aspectos que parecen remotos como la automoción o el mundo de la energía nuclear o de lo radiactivo.

Coincidió nuestra presencia en Italia con la conmemoración, realmente solemne, en Roma, del primer decenio del Mercado Común, pues el Tratado se firmó el 27 de mayo de 1957. La presencia del General de Gaulle, europeo de peculiares puntos de vista, dio enorme interés a las jornadas, con traducción en la Prensa de forma masiva.

Ese Mercado Común, al que nos acercamos en medio de complejidades grandes, y en que no se sabe muchas veces los límites de lo político y lo económico, representa al menos una novísima etapa europea. Y nos parece que la esencia de su éxito o su malogramiento, para los Seis de ahora y para todos, es un problema de ritmo, de ajustar el paso, de ir sin prisa y sin pausa, en equilibrio de tradición y renovación permanente.

Dicho este breve resumen de mi viaje, no quiero cerrarlo sin dedicar un recuerdo desde este minúsculo semanario altoaragonés y pirenaico, a mis compañeros de representación española, amigos Tomás Pueyo, Miguel Gatell y Eduardo Hevia por las Pequeñas Empresas, de la Junta Central Intersindical de la Delegación Nacional de Sindicatos de Madrid. Y por el Ministerio de Industria y el Plan de Desarrollo, el Director General de Industrias Textiles, D. Rodolfo Martín Villa, joven político y técnico español de abierto porvenir y ya presente eficacia, y D. Ramón Hermida, antiguo Presidente del Sindicato Nacional de la Piel, autor de la operación del calzado popular y hoy en el Plan de Desarrollo al frente de los temas artesanos. A todos ellos, por su bondad, su compañerismo y su dedicación a la tarea española, mi mejor saludo y mi gratitud. Y a los anfitriones y dirigentes, italianos, entre los que estaban los Ministros Rubiachi y Bosco, de Investigación Científica y Trabajo, nuestras rendidas gracias también.

JUAN LACASA LACASA

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