"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

<<volver

D. FRANCISCO DUMAS LACLAUSTRA

02/06/1962

La muerte de don Francisco es noticia jaquesa cien por cien, porque el inquieto Médico nacido en Huesca, con estancias familiares en un Jaca de hace muchos decenios, fue 40 años jacetanófilo hasta el tuétano. Comentarista incansable de lo local, actor y glosador de lo nuestro, con puntos de vista que gustaban o no, pero que, a la luz resumidora del instante, unen indisolubles los nombres de Dumas y de Jaca.

Esta nota cordial va en memoria del amigo y aun del frecuente contradictor, pero también al compañero de pluma y de amores jaqueses irrefrenables, Sonará más a quienes llevan amplia carga de recuerdos, pues lo reciente es mejor conocido. Pero para jóvenes y mayores dejaremos en EL PIRINEO, antes que el tiempo nos liquide también, constancia de las maneras del desaparecido.

Tras tantear la carrera militar, inicia Medicina en la Universidad de Zaragoza, al comienzo del siglo. Contaba con gracejo su debut en Monegros, donde al llegar hizo llover. Trabajó luego en Madrid y en Monzón, pero sería en Jaca, desde 1921, donde vinculase a su tarea curativa, a sus cargos profesionales, su otra vertiente, la de escritor expresivo, jugoso, rapidísimo, grafómano, y a la vez desgarrado, indiferente a la perfección formal, arrastrado y sobre la marcha, más amante de lo transeúnte que del silencioso pulir del fraseo.

Habló de todo y a todos, en la crónica y en el teatro, acertando en éste cuando al tirón de las tablas unió el tema jaqués, que le llegaba al alma. Tenemos en la memoria estrofillas de su verso fácil, sujeto por el ritmo y la rima en su fluir incontenible. Su obra “Don Aznar en Jaca”, hacia 1923, se estrena por aficionados, en el viejo “Variedades”, cerca del actual “Cine Oroel”. Destaca Carlos Echeto Giménez, en el Guardia Mariano, con magnífico éxito. Es el Primer Viernes de Mayo, preparado por el Concejo, llegando a escena el propio Don Aznar. Describe la batalla con camelos dignos de La Venganza de Don Mendo “Dios mío que noche aquella, apenas me daba cuenta, el cielo sin una estrella, y de horrorosa era bella aquella horrible tormenta. ¡Qué manera de llover! ¡Que manera de tronar! ¡Cómo había de creer que me hubiera de mojar!”

En aquella época, años tranquilos de la Dictadura, colabora en el semanario “La Unión” de Don Fausto Abad, en “El ambiente jaqués” y “Gente conocida”, esta sección de retratos en verso. A mi tío José María Lacasa lo fija afablemente, por su manera abierta y cordialísima de hablar: “Por donde pasa arma cisco, y cuando él habla en las Monjas, lo oyen desde San Francisco”.

Durante la guerra española, trabaja asiduamente en Radio Jaca y polemiza con las emisoras adversas en tremendas diatribas, recogidas en un par de folletos con el seudónimo de “Asaura”. Hoy leemos en frío lo dicho apasionadamente en la batalla sangrienta. Al Teniente Coronel Mangada, que pasó por Jaca unos años y actuó en el Madrid del 36, le suelta por radio: “Estando Mangada en Jaca estudiando el esperanto, creíamos que era tonto... pero no que fuera tanto”.

Tras la paz del 39, su colaboración en «El Noticiero». Habla allí todas las semanas de Jaca, pidiendo siempre lo mejor, con impaciencia. Se le argüía, yo lo hice en todos los tonos, que no bastaba pensar en cosas, que eran precisos los medios y las preferencias. No quería escuchar dificultades ni le importaba “lo material”, que era Presupuesto. Y todo lo olvidábamos una y otra vez, vueltos a la armonía, en nombre del común amor a Jaca, por encima de la polémica. En su paso por la Alcaldía, Febrero 1930, tiempo agitado y ya difícil, proyectó y soñó lo que la Victoria nos permitió lograr en buena parte a quienes lo continuamos.

Ya en nuestros días, su colaboración en Radio Popular de Jaca. Persiste en el verso fácil, alternando el “golpe” logrado y de fina comicidad con las truculencias y “cosas raras”, siempre latiendo sobre un fondo de noble filia jaquesa. Y en su etapa de ausente, de estos meses, vuelve con clara nostalgia su mirada a la ciudad querida. Su voz se oye dramáticamente por nuestras Ondas en la noche del 29 de Mayo de 1962, cuando su cuerpo se enfriaba en una clínica de Madrid, jaqués hasta más allá de la muerte.

Todo esto es quizás demasiado personal, pero por ello muy sentido, dedicado a un Dumas vivo y que no concebimos se haya marchado. Pero a la vez quiere recoger todo lo mejor del ser de Don Francisco, de su vinculación a Jaca, a familias tradicionales y relevantes, a toda empresa jacetana de aspiración y de progreso. Y también digámoslo en la hora definitiva, va dirigido al hombre de apariencia jocosa, pero con último fondo serio y preocupado por lo ultraterreno, católico con todas sus notas. Yo estoy seguro que la muy aragonesa Virgen del Pilar, de su especial devoción, le habrá acogido ante Dios. Que allá nos espere largo, seguro de que si nos encontramos hablaremos de Jaca. Vaya nuestro último pensamiento a su buenísima y caritativa esposa, Doña Josefina Sichar, oscense de pro y a la vez también jaquesa incondicional, a sus hijos y a toda su familia muy estimada.

JUAN LACASA LACASA

subir^^
siguiente
>>