"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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AMOR DE JACA A SUS PASTORES

29/08/1959

Unido está el río jaqués, que por Navarra enviamos al Ebro, al nombre de Aragón. Y raíz de este, de la patria nacida frente al infiel es la Jaca pretérita, la de Ramiro I y Sancho Ramírez, con la Catedral en la ruta europea, con el Concilio de 1063. Sombra, silencio inalterable, lugar sagrado y devoto, columnas, capiteles, lonjas y capillas, la Urna de la Santa, la tradición de preces, de bautismos y despedidas terrenas. El alma de Jaca está en la Catedral.

Por eso, pieza civil de un Aragón luego español, siente Jaca la espiritual capitanía, unida al ciudadano hacer, de la presencia de cristianos Pastores, conductores de la grey, nombrados por Roma, enviados de Cristo. Su dinastía se vincula a nosotros, y es mucho más que existir paralelo, pues se hace entrega y afecto, recíproco amor, paternal mandato y filial obediencia. Las vidas jaquesas pueden medirse por Obispados, como reinos de una historia menor.

En la infantil penumbra queda el nombre de Don Antolín López Peláez, escritor combativo; figura del Senado; Arzobispo de la tarraconense. Ya es niñez conocedora nuestra la que ve entrar a D. Manuel de Castro Alonso, reformador de la Catedral, que volvería a la Castilla nativa, a Segovia y a Burgos. Asistíamos al entierro de D. Manuel, hacia 1944, transportados a la Castilla medieval bajo las góticas flechas. Juventud de bachillerato es el recuerdo del Doctor Frutos Valiente, arrebatado orador levantino, urgente constructor del Seminario, tras el incendio de 1924, más tarde Obispo de Salamanca. Ya paralela a la gestión de Alcalde alcanza el Obispado de D. Juan Villar y Sanz, largos años entre nosotros y posterior Obispo de Lérida. Síguele el Dr. Bueno Monreal en 1946 y continúale, felizmente en la Sede, el Dr. Ángel Hidalgo Ibáñez, proseguidor vigoroso de él en las grandes obras del Seminario, restaurador del Palacio Episcopal, levantador de Iglesias en las Parroquias. León, Castilla, Murcia, Aragón, La Rioja, plurales tierras de la España unida dan la serie de Obispos jaqueses.

Mañana, 30 de Agosto de 1959, ha querido la ciudad rendir merecidísimo homenaje al joven Obispo que la rigió desde 1946 a 1950, al Reverendísimo Señor Doctor Don José María Bueno Monreal, Cardenal Arzobispo de Sevilla. El Dr. Bueno llegó a nosotros tras etapa de espera impaciente, larga para nuestra ansiedad. Vivió nuestros problemas y ganó nuestras simpatías y afectos. En rápida carrera alcanzó los más altos puestos, culminados hace tan solo meses como Príncipe de la Iglesia. El Cardenal Bueno Monreal ha guardado estos años, lo lleva para siempre el recuerdo de su Diócesis primera, en la que entró, como zaragozano de nacimiento, como aragonés que siente hondamente las emociones de la Patria menor, como en su propia tierra. Y entre su múltiple actividad apostólica, comenzó la tarea reconstructiva de San Juan de la Peña. Voló a América y Jaca vivió sus etapas de avión con ansiedad y orgullo, y le acogió a su vuelta emocionada. Le acompañó a Vitoria y siempre ha seguido sabiendo de sus méritos y virtudes.

Ante Santa Orosia primero y en la Casa Consistorial después, con las Autoridades Eclesiásticas, Civiles y Militares de Jaca y de Huesca, con los ilustres amigos que acompañan al Cardenal, recibirá el Dr. Bueno el homenaje de Jaca. Sabe que lo hacemos sentidísimamente, con mucha más sinceridad que protocolo, con amor hacia su persona. Queremos que la pequeña expresión material del nombramiento de Hijo Adoptivo sea guardada por él en lugar preferente, para que nos recuerde a diario en sus oraciones, para que vuelva cada día a evocar el nombre de la Ciudad pequeña que le aplaudió cuando estrenaba sus atributos episcopales.

Y este homenaje, estas emociones mañana, serán otro eslabón, sin duda histórico, que quedará en los tiempos, como jalón muy fino de la unidad indisoluble de Jaca con sus Obispos.

JUAN LACASA LACASA

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