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"Los afanes de una vida"
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A SAN JUAN DE LA PEÑA, CON EL CÁLIZ20/06/1959 |
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Monumentos tangibles, piedras seguras, nos hablan con certeza del remoto pasado jacetano, unido a los orígenes del reino de Aragón. EL PIRINEO, base reconquistadora, guarda la huella de unos hombres que labraron el Románico, vencieron a los Moros, bajaron del Pirineo al Ebro y al azul Mediterráneo y pusieron raíces de una España que intuían, mezclándolas, ya en espléndido tronco, con tronco castellano. Ese ayer está en el Viernes de Mayo, en la Catedral, en el Sepulcro de Doña Sancha, en los Archivos Municipales. Pero muy especialmente lo está en San Juan de la Peña, orgullo de la Montaña jaquesa, perla del Arte, de la Historia y del espléndido paisaje pirenaico. Más de un siglo de silencio y de ruinas, guerra napoleónica, exclaustración, soledad y abandono, le dieron pátina de romántica estampa polvorienta y musgosa. Pero siempre, muy hondo, algo clamaba desde él: nos pedía acción restauradora; visitas que nunca del todo le faltaban; afecto; veneración a sus tumbas reales; adhesión a sus símbolos y a sus mitos; eco a la enorme voz de su concavidad, digna conducta de herederos y sucesores. La acción constante de aragoneses enamorados del lugar ha evitado estos años la liquidación definitiva del Monasterio Alto. Resurgieron sus bóvedas, se enlució su interior, se renovó su suelo, y hoy nos sorprende, en desnudez pero también en grandeza, en renovada armonía de dimensiones, el esplendor del templo, su triple nave y su altura. La fachada ya no oculta ruinas vergonzosas, sino que promete abrir nuevas etapas de aragonesa gloria, de culto, de cánticos, de muchedumbres fervorosas, que acudan a esa basílica del monte a revivir, evocándolo, llamándolo, el bello tiempo ido. Una iniciativa oscense, con ocasión del Centenario de San Lorenzo, portador del Santo Cáliz de la cena a España, en el remoto siglo III, nos hará contemplar ahora, bajo la piedra en vuelo del Monasterio Viejo, en forestales sendas que a él descienden, la Sagrada Reliquia, en solemnísimos actos que reiteran su presencia, mantenida largos siglos allí. El día de San Pedro estarán en el Monasterio las más altas jerarquías del Estado y quienes en Aragón sienten el orgullo de nuestro ser regional, allí creado. Y entre ellos, la más amplia representación jaquesa posible, cuantos materialmente puedan acudir. Jaca se hará presente como la más ligada a San Juan, que queremos de todos pero nuestro ante todo. Los que ahora regimos a Jaca deseamos que el alma de la Ciudad vibre este día 29 en jornada reviviscente de su pasado milenario y cante, en las alturas de la pradera, en la hondura del la Cueva y frente al inmenso telón del Pirineo, la gloria de Aragón, la gloria de España, la gloria eterna de Dios. JUAN LACASA LACASA |