"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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NUESTRO PRÍNCIPE DE LA IGLESIA

22/11/1958

La noticia, esperada, llenó de júbilo a la ciudad. El Dr. D. José María Bueno Monreal, antiguo Obispo de Jaca, era elevado por su Santidad Juan XXIII a la dignidad Cardenalicia. Evocamos lejanos momentos para estas columnas de EL PIRINEO.

Junio 1929. Huelgas estudiantiles en Madrid, con cierre de Facultades y los alumnos van a examen a provincias, con la inquietud de nuevos programas y otros catedráticos. En Derecho de Zaragoza coinciden dos aragoneses llegados de Madrid. Uno, joven sacerdote, José María Bueno, ya vuelto de Roma, ordenado por las manos del Cardenal Merry del Val. El otro, quien esto firma a treinta años de distancia. Pasaron las pruebas y discurrieron sus vidas sin nuevos encuentros inmediatos.

Inicio de 1946. Jaca había visto marchar, en Noviembre de 1943 a su querido Prelado D. Juan Villar y Sanz, al que acompañamos a Lérida con el Gobernador de Huesca y numeroso cortejo. 1944 y 1945 pasaron sin que la Santa Sede y el Estado Español publicasen nueva designación para la antiquísima sede de Aragón. Las milenarias piedras de la Catedral románica ansiaban cobijar a nuevo Obispo de la grey montañesa. Hicimos presente en Madrid nuestra impaciencia de católicos. En Febrero o Marzo de 1946, la gratísima noticia, era Obispo de Jaca el Dr. Bueno Monreal. No le identificábamos físicamente. Años de luchas, guerras e inquietud habían pasado desde el encuentro de dos estudiantes.

Fuimos a Madrid a saludar al Doctoral de aquel Cabildo, nuestro Obispo ya. No estaba ni en su piso ni en oficinas del Obispado. Difícil de ver, tan trabajador de clérigo como de estudiante. El encuentro y la rápida recordación. Es hermoso aquel gemelismo Prelado y Alcalde en madurez hacia los cuarenta que revivía a los examinados de Zaragoza. La consagración en Madrid, fiesta solemnísima. Triunfal entrada en Jaca.

La carrera del Dr. Bueno se acelera en sus cuatrienios coincidentes. 1946, Obispo de Jaca; 1950, Obispo de Vitoria, en difícil momento de reformas y adaptación. 1954, Arzobispo Auxiliar de Sevilla, con derecho a sucesión. 1958, el birrete cardenalicio. Queremos lo mejor para D. José María en 1962.

Jaca vive junto al nuevo Cardenal su éxito de joven Príncipe de la Iglesia, porque, católica sincera, se vincula a las personas de sus Obispos; se goza con ellos y sabe que su nombre se empareja con los suyos y nos hace presentes en sus vidas. Vemos al Dr. Bueno como brillantísimo eslabón en la sucesión de Prelados jaqueses. Dejádnosle pensar como Cardenal aragonés y Cardenal de Jaca.

En esta hora de satisfacción, el Jaca cristiano y catedralicio, el Jaca de Santa Orosia, se asocia en primera línea al júbilo de España, ante el nuevo Cardenal de Sevilla.

JUAN LACASA LACASA

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