"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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GRATITUD A OBRAS PÚBLICAS

07/04/1956

EL PIRINEO del sábado último daba breve noticia, procedente del Conde de Vallellano, con grato anuncio de próxima subasta de la Ampliación de la Red de Tuberías de esta Ciudad.

Ello, por su volumen, nos lleva a volver la vista al pasado reciente y después al futuro inmediato, examinando las enormes posibilidades que la colaboración municipal con el Estado puede alcanzar actualmente.

Dos materias se han movido estos años para obtener el apoyo técnico y económico del Ministerio de Obras Públicas. Son las carreteras a través de la Jefatura de Huesca; y las aguas, por medio de la Confederación del Ebro en Zaragoza.

De 1941 a 1956, en tres quinquenios magníficos de actividad estatal, Jaca obtiene siete veces sucesivas ayudas cuantiosísimas. Son cuatro firmes de adoquinado de carreteras, la Travesía Exterior, un alcantarillado y una red de tuberías amplísimos ambos. Estas obras, con precios diversos que crecen continuamente, pueden totalizar unos cinco millones de pesetas, siendo subvenciones o gasto a no devolver quizás cerca de cuatro y solo uno puramente jaqués.

Los cuatro firmes de adoquines son la calle Mayor en 1941, Carretera Zaragoza-Francia de Grupo Escolar a Bandrés, en 1948; Derecha de Paseo Franco en 1953 y Primera Diagonal a la Estación en 1954, con 400, 600, 300 y 450 metros de longitud, y anchos de 5 a 9 metros. Son la transformación del firme de Jaca en sus vías esenciales, antes imposibles de barro y polvo.

La Travesía Exterior se subastó en 1953 y está prácticamente acabada. Incomprendida y criticada inicialmente, hoy causa admiración por su espléndido trazado. Cuando reciba el complemento de vallas laterales de hormigón y alambrada, en los tramos necesarios, y del asfalto al afirmarse definitivamente, será una sorprendente pista de aire europeo y una laguna de amplitud, tras la estrechez embotelladora de las pobres carreteras comarcales y aun nacionales.

El alcantarillado, de 1946, recogió aguas negras de veinte calles secundarias, cerrándose además periféricamente por las viejas murallas, todo imprescindible antes del adoquinado de las mismas vías.

La Red de Tuberías, de la que hablábamos en este semanario el 15 de Octubre pasado, resuelve un problema que se ha agudizado en los 65 años desde 1892, o sea la insuficiencia de la tubería actual principal.

Esperamos ver en fecha inmediata, en el Boletín del Estado la subasta que anunciaba el Ministro en 22 de Marzo, y confiamos que en este mismo año 1956 veamos abrir las zanjas que recibirán los miles de metros de tubería de los nuevos grandes calibres. Seguramente que el próximo verano será el último en usar la vieja instalación. No ocultamos nuestra satisfacción ante esta certidumbre, compensándonos de las largas etapas de justas quejas de los usuarios, que sin embargo no podíamos atender de otro modo que trabajando por esta obra.

Tras estas siete obras, que están allí para convicción de incrédulos y de pequeños críticos indocumentados, hemos de afirmar nuestra rotunda fe en que se consigue lo que se quiere con tiempo y con conocimiento minucioso de la máquina estatal de ayudas, casi siempre con dinero insuficiente frente a las necesidades nacionales conjuntas. Hoy se tramita, avanzadamente, en la Confederación y en el Ministerio, un proyecto de mejora del Canal en su punto más débil. Está aprobado también el de firme de adoquín a Glorieta San Marcos, con actividad de O. P. de Huesca. Está pedido, pero sin proyectar, el adoquinado de Grupo Escolar a Vivero por Cuartel Victoria y Asilo. Debe pedirse al Ayuntamiento, para definitiva mejora sanitaria, la red de alcantarillado de los dos Ensanches, Norte y Poniente, para adelantarse a las construcciones futuras. Se puede pedir, si se quiere, nuevos depósitos de agua a la altura normal de llegada del Canal. Son, incluyendo el adoquín de la segunda Diagonal, otras seis obras a lograr, que junto a las siete obtenidas serían trece, en una sucesión ininterrumpida y en pocos años, los de una generación no larga. Parece todo esto un premio providencial a los que fueron románticos gestores y financiadores, sin ayuda ninguna, del Canal de Jaca, a quienes debemos imperecedera gratitud. Vaya la nuestra ahora, muy sentida, a las Autoridades Provinciales de Huesca, a Obras Públicas de dicha Capital, a la Confederación del Ebro, y al Ministerio, personalizado hoy dignísimamente en el Conde de Vallellano, por sus continuas ayudas, más valiosas aún por lo difíciles en la escasez de medios.

JUAN LACASA LACASA

 

 

 

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