"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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EL JACA QUE PODEMOS HACER. INDUSTRIALIZACIÓN Y FINAL

12/11/1955

Creemos haber hecho un amplio examen de lo esencialmente municipal que nos atañe. Consideramos a Jaca bien preparada en servicios y aspirando a la perfección con planes concretos. Vale la pena examinar brevemente la realidad económica y social, si bien en muchos puntos hablaremos de posibilidades más que de realidades.

En la intensa característica agrícola española, con casi dos tercios de población campesina, Jaca no es una comarca más cerealista o ganadera vulgar. Las circunstancias la han ido colocando en otro escalón superior.

Existen comunicaciones, electricidad y agua, más una riqueza forestal que debe triplicarse o mucho más. Es casi innecesario decir que faltan capitales como factor esencial, y puede faltar también iniciativa.

En electricidad, es evidente que Jaca ha logrado vida propia y un alto nivel. Dos modestas antiguas empresas, en lugar de extinguirse como tantas otras, han mostrado dinamismo sobrado hasta enlazar con las grandes. El esfuerzo de “Mutua Electra Jaquesa”, enlazando con Sabiñánigo desde el primer momento de éste, ha dado lugar a una red comarcal sin la cual la vida rural de la comarca sería mucho peor. “Electra Jacetana”, ha resultado el gran nudo enlazador de tres grandes en nuestro propio término. Estamos en el cruce de una gran T, con horizontal paralela al Pirineo y vertical del Pirineo al Ebro. Las concesiones de Energía e Industrias Aragonesas en el río Aragón y afluentes y el futuro salto de pie de presa en Yesa, para Energía, Eléctricas e Iberduero, forzosamente harán de Jaca centro aun más importante y equilibrado de conexión y distribución.

Pero la electricidad, aun pasando a torrentes a nuestro lado, no nos servirá de nada si, en una fase más complicada y audaz, no acertamos a utilizarla en aplicaciones adecuadas. Es evidente que el empleo de millones de kilowatios es factible en determinadas horas para fabricar baratamente una gran gama de productos. Sería del máximo interés que las Sociedades Eléctricas de Jaca buscasen oportunamente esas aplicaciones. Son ellas, con fases financieras claras, con una tradición local y, aun desde nuestra modestia ambiental, las más enlazadas con los grandes, las llamadas a sistematizar nuestras posibilidades. Ellas pueden hacer mucho más que esperar la supuesta y casual caída entre nosotros de la lotería de la fábrica de automóviles y de otros sueños tan vagos como el premio mayor.

En cuanto a transformaciones forestales y ganaderas, tuvimos recientemente, en los dos coloquios de Dr. D. Mariano Tomeo, una exposición insuperable. La madera va dando pasos ciertos de avance. De la mera corta primaria de los troncos se ha pasado al aserrado minucioso, y de éste a la elaboración acabada. Las ventanas con madera secada en Jaca y terminadas aquí por Agromán se han colocado a miles en puntos remotísimos, como Cádiz o Salamanca, y están en continua exportación. Los postes de Arechederra representan ya un tonelaje extraordinario y un avance técnico que, en su relativa sencillez, supera todo lo anterior en la materia. Ojalá encontremos los técnicos un poco idealistas capaces de ir creando aquí las aplicaciones entre industriales, artesanos y aun artísticas a que se presta la madera.

Lo ganadero, con carnes y lanas, chacinería, industrias de la leche y otros, pudiera tener, a diferencia de la industria, bases cooperativas y combinaciones económicas estatales francamente amplias. Si en la industria el secreto es la movilización de capitales, la llamada a la Banca regional y demás, en lo agrícola y ganadero necesitamos algunos románticos capaces de crear un ambiente que supere el individualismo campesino y le de formas ya en pleno desarrollo y perfección no solo en el extranjero sino en algunas comarcas españolas.

Todo esto es un mero apunte de tendencias, de querer adivinar caminos y de intuir lo futuro posible. No puede hacerse ni en un momento ni solo por algunos. Al menos, si algunos optimistas están o estamos en la primera línea, hay que pedirles a todos algo más que comentarios. En la concreta materia de lo más autóctono, en lo ganadero y forestal, estamos seguros que el Instituto Laboral será como la conciencia viva de esas realidades y posibilidades, que sin él pueden seguir durmiendo decenios y decenios.

Y llegamos al final de la larga serie de ocho artículos. Que estas columnas numerosas y gruesas que hemos llenado en EL PIRINEO sean la base de un Jaca mejor. No podemos menos de expresar la más sincera gratitud a muchas personas que nos han expresado, en Jaca, en su comarca, en Huesca y en Zaragoza., su curiosidad e interés por estos artículos. Con ellos hemos querido servir a Jaca, al entregar al público, con pobreza expresiva pero con ilimitado entusiasmo, nuestro pensamiento de modestos servidores de la ciudad.

JUAN LACASA LACASA

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