"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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EL JACA QUE PODEMOS HACER. REPOBLACIÓN FORESTAL

05/11/1955

Nos permitimos intercalar este tema en la serie, ya tan avanzada, por considerarlo básico para Jaca y muy de actualidad, por el esfuerzo nacional actual en la materia.

En esto, como en otras cosas, Jaca pretende hacerse eco del fenomenal impulso que el nuevo Estado español, ha logrado imprimir a problemas seculares o modernamente agudos, como regadíos, electrificación, viviendas y tantos otros.

De unos 50 millones de hectáreas de suelo nacional, se considera que habría que repoblar de arbolado acaso 18, o sea la tercera parte o más, siendo ello ingente labor para muchos decenios, acaso siglos, pero que precisamente por eso no puede aplazarse. Aumentado el esfuerzo anual de manera insospechada, se está pasando de, por ejemplo, 50.000 hectáreas año a más de 100.000 ya logradas, y se avistan las 150.000. Una aportación básica de 250 millones de pesetas al año se completa con otros conceptos, y parece que también con importantes cifras de la ayuda americana.

Yendo a lo provincial, comarcal y local, hay que subrayar que el Partido Judicial de Jaca es un rectángulo de unos 3.000 kilómetros cuadrados, con 60 kilómetros de Norte a Sur, Canfranc a La Peña y 50 de Oeste a Este, de Berdún a Yebra aproximadamente, sobre el mapa. Se trata, pues, de 300.000 hectáreas de terreno montañoso, cabezas de los valles del Aragón y del Gállego. En razón al Pantano de Yesa en el Aragón, próximo a los límites nuestros y a los de La Peña y Sotonera en el Gállego, son de máxima preferencia los montes de estos Valles para repoblarse. Estamos, por tanto, a la cabeza de 70 Municipios jacetanos, con promedio cada uno aproximado de más de 4.000 hectáreas, casi sin excepción, con grandes probabilidades todos de repoblaciones máximas.

El Patrimonio Forestal del Estado lleva a gran ritmo la declaración de utilidad pública de determinadas zonas que adquiere con rapidez, previos acuerdos de los Consejos de Ministros, muy frecuentes en sus referencias a estas comarcas, como saben los lectores cuidadosos de las notas de Prensa. El Estado, por tanto, es evidente que proyecta su atención directísima hacia nosotros. Un ejemplo concreto es la comarca o ribera del Guarga, en la que puede hablarse de unas 5.000 hectáreas en marcha.

Lo local de Jaca, que está a nuestra vista, al Norte y al Sur del casco urbano, es una zona de 85 kilómetros cuadrados, estirados de Norte a Sur con unos 17 sobre el mapa desde Castiello a Bernués, como montados sobre el eje de la antigua carretera Zaragoza-Francia, y con cinco kilómetros de Oeste a Este, con los términos municipales de Banaguás y Guasa, como límites. Jaca tiene, pues, 8.500 hectáreas, en su mayoría montañosas. El regadío que logró el Canal es de unas 400. Los montes ya cubiertos de arbolado no alcanzarán las 3.000. Queda una tarea considerable, que el Ayuntamiento ha iniciado contratando con el Estado la repoblación de unas 1.000, en los montes al Oeste de Oroel, o sea al Sur de la Arbesa, en los al Norte de Asieso y ya próximamente, según recientes trabajos de señalamiento, en el solano de Rapitán.

El objetivo debe ser el que, dentro de unos 30 años, el aspecto de los montes de Jaca se asemeje al que hoy ofrece continuamente la oscura frondosidad de Oroel, auténticamente espesa. Ello está en camino de lograrse, aunque parezca empresa francamente difícil.

Uno de los detalles forzosos es el ir absorbiendo y pagando pequeñas fincas semiabandonadas por sus propietarios y que constituían complicados enclaves en los montes municipales. Esto es un esfuerzo inverso de dinero del presupuesto municipal.

El valor actual de la repoblación de cada hectárea es superior a 4.000 pesetas, con todos los trabajos complementarios, hasta asegurar el monte en perfecta marcha de crecimiento, y aun puede aproximarse a 5.000 pesetas, según presupuestos del Patrimonio Forestal. Redondeando quizá excesivamente, pudiéramos decir que le estamos pidiendo al Estado inserte en nuestro término dos y medio millones de pinos, que a 2 pesetas valen cinco millones de pesetas.

La fórmula financiera y legal que se usa para esto es la aplicación de la Ley de 7 Abril 1952, por la que el Estado regala la mitad del dinero invertido y el Ayuntamiento ha de devolver la otra mitad, pero haciéndolo con los productos del propio monte mejorado. Esto es generoso y muy conveniente para los pueblos, que, aunque sea a largo plazo, obtendrán en el futuro el cien por cien de los productos de sus montes.

El trabajo repoblador es forzosamente de gran proporción de mano de obra y está representando en Jaca el que se haya llegado a emplear 100 obreros en algún momento, en dos brigadas, con especiales jornales de 30 pesetas, constituyendo esto una formidable arma contra el posible paro estacional. Siendo patente la escasez de mano de obra por las diversas obras en marcha, ha sido el peón forastero el que ha dominado ampliamente en este trabajo jaqués.

Está, por tanto, en marcha un trabajo decisivo, perfectamente desconocido por la mayoría de la gente y que supera en volumen y trascendencia, por el futuro de riqueza que crea, a casi todo lo restante que podemos hacer. Un simpático esfuerzo actual de los Ingenieros de Montes es la terminación del camino de Oroel, por el Distrito Forestal de Huesca, con una corta que parece permitirá la inversión de 100.000 pesetas extraordinarias.

Las serrerías y carpinterías de Jaca emplean 175 obreros, según censo sindical, y son indicio de las enormes posibilidades industrializadoras. La ventaja enorme en esto es que el capital a invertir es estatal y gratuito, cosa imposible de enfocar por medios puramente locales.

Pretendemos con estas notas llevar al ánimo de todos la magnitud de esta tarea, que, extendida a toda la comarca, cambiaría la vida de la montaña altoaragonesa.

JUAN LACASA LACASA

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