"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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PROMETEDORA CONMEMORACIÓN

21/11/1953

La conmemoración del Canfranc alcanzó, tras la cuidadísima preparación de los actos por la “Económica de Amigos del País”, una auténtica brillantez. La Prensa ha dicho reiteradamente nombres de personas, que ostentando las más altas representaciones aragonesas, acudieron a la Estación Internacional el domingo 15.

Nuestra impresión de oscenses, de jacetanos fronterizos, no puede ser menos que sinceramente optimista. No consideramos torneo oratorio, sino casi polémica vivaz y fecunda, las nueve intervenciones que se sucedieron. Abiertas cordial y anchamente con las palabras del señor Gil Sastre, auténtico agitador y portaestandarte de nuestros problemas, que ha logrado llevar al primer plano nacional, se cerraban con las del Ministro de Obras Públicas, Conde de Vallellano, llenas de mesura y ponderación, atento a la frialdad técnica y a las realidades económicas, pero impresionado a la vez por el vigor, la sinceridad y hasta la impaciencia de las peticiones aragonesas.

Entre ambos, se sucedieron la palabra lírica y objetiva a un tiempo del Alcalde de Valencia D. Baltasar Rull, que juntaba espíritu y materia en su bellísima evocación del Santo Grial y en sus datos concretos sobre transportes y exportaciones. La madura lección de Economía que D. José Sinués nos daba al comparar el Norte de Italia y el Norte de España, las comunicaciones alpinas y las pirenaicas, los riegos del Po y los del Ebro, Zaragoza y Milán. El alegato vigoroso e irrebatible del señor Blasco del Cacho, al hablar del círculo vicioso de rentabilidad y gastos y al esperar del Ministro el zapato prodigioso para la Cenicienta del Canfranc. El cortés saludo diplomático del Cónsul General de Francia en San Sebastián, que representaba al Embajador en Madrid. Las frases, invariablemente afectuosas y llenas de entusiasmo españolista del Alcalde de Pau Mr. Sallenave. Y las indicaciones, más técnicas y frías que circunstanciales, de los señores García Lomas y Aguinaga, Director de la Renfe y Director General de Ferrocarriles respectivamente.

De esas nueve manifestaciones quedan cosas muy concretas. Queda, en primer término, el recio aldabonazo en las alturas sobre el olvidado Canfranc, y la contestación tan prometedora del Ministro. La certeza de que habrá con rapidez prolongación hasta Canfranc del automotor Valencia-Zaragoza y, frente a cualquier desesperanza, promesa del Taf, maravilloso tren moderno, para dentro de unos meses; la realidad de los propósitos valencianos de utilizar esta línea para su exportación voluminosísima de naranjas, si el viejo pleito de las tarifas dispares es superado. La realidad de que, frente a proporciones actualmente treinta a uno, veintiún mil vagones anuales frente a setecientos, de Cervere a Canfranc, nuestro volumen puede aumentar largamente a poco que nos esforcemos.

Junto al Ministro de Obras Públicas estuvieron en pleno las representaciones aragonesas. Las autoridades de Huesca, con el Gobernador a la cabeza, uniendo su inquietud pro línea internacional junto a la gran aspiración de los Riegos, promesa de total renovación económica para el campo oscense. Las de Zaragoza, con el capitán general Franco Salgado al frente, llevando entre ellas a cuanto representa algo en Zaragoza. Las de Teruel, lejanas y amistosas siempre. Las de Valencia, como una fuerza del viejo Reino de Aragón, que vuelve a la raíz.

Iniciada espiritualmente la jornada con la Santa Misa, que ofició nuestro señor Obispo, se cerraba con el espléndido agasajo que en la engalanada Estación ofreció la “Económica” y con la solemne marcha del Ministro, cuya salida en el automotor se subrayaba con la última ovación del día.

Nuestra comarca, tan modesta pero tan ligada a cuanto el solo nombre de Canfranc significa, siente profunda y muy sincera gratitud por cuantos han iniciado y llevado a magnífico logro esta conmemoración, tan prometedora.

JUAN LACASA LACASA

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