"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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UN JAQUÉS HOMENAJEADO
02/02/1952

En la Prensa, la veteranía es la difícil permanencia en la labor diaria frente a un mundo cambiante que observa, discute, juzga y en definitiva quiere al periódico. Y si esas hojas reiteradas, salidas una a una del taller con un ritmo de reloj que no calla nunca, dan su nota año tras año, lustros, decenios y cuartos de siglo, seguras y sin fallo, es que el periódico tiene raíces vivas, profundas, que saben aflorar del suelo del país todo lo valioso y lo fecundo que la tierra en que se insertan contiene.

EL PIRINEO ARAGONÉS ha alcanzado setenta años de existencia. Este número que tiene en sus manos el lector, el 3.573, ha de recoger, emocionado y agradecido, el público reconocimiento, la solemne constancia que la Asociación de la Prensa de Zaragoza ha hecho el martes último de la labor del Director de EL PIRINEO D. Francisco Quintilla Aramendía. Nuestra pluma, o el golpe de nuestra máquina, de transeúnte afición literaria sin pretensiones y de forzada prosa burocrática muchas veces, quiere unirse a las autorizadas voces de los periodistas aragoneses y, en nombre de Jaca, hacer presente a quien rige estas columnas su gratitud y su enhorabuena.

EL PIRINEO, en el mediodía de los sábados jaqueses; o en las horas del domingo en los pueblos de la Montaña, o en Huesca, Zaragoza, Madrid o cualquier parte donde hay un jacetano, o alguien que aquí pasó, nostálgico de esta vida pequeña pero entrañable que late entre Collarada y Oroel, es la estampa viva de nuestras cosas, el relato del diario pasar montañés, la nota semanal que recoge alegrías o penas, la permanente crónica de lo nuestro.

Frente a un mundo que da la sensación de estar gritando desaforado, en un florecer de altavoces que mezclan la música con las guerras, o en un circular de hojas que desmenuzan la manía del fútbol y la otra manía del cine, nuestro Semanario es la serenidad y la exactitud, la calma segura y amable que sabe ver lo nuestro y lo ajeno con un ritmo perfecto, que le ha llevado a eso, a ser el más antiguo de Aragón y uno de los más antiguos de España. Un veterano glorioso que no vive de recuerdos sino de realidades y de ilusiones; un glosador imperturbable del diario caminar altoaragonés.

Es demasiado fácil, desde fuera, decir que este periódico podría ser así o de otra manera, entregarse a lo fútil o a lo superficial, al chiste o al comadreo. Es mucho más difícil vivir año tras año sin perder la línea y el color, el sentido de selección o la medida de lo discreto.

Cada uno es de una manera, y el espíritu, como la faz, es algo permanente que habrá de envejecer, pero no cambia. Por eso EL PIRINEO acaso tiene su gloria en no cambiar y en ser inconfundible.

Y nada más, lector. Sintiéndonos lectores de EL PIRINEO, pero a la vez algo dentro de él, por jacetanismo, y porque también los demás vamos dejando atrás años y cuartillas, hemos querido unir nuestra voz, tan modesta, a cuanto estos días se ha dicho en Zaragoza y en Aragón, en honor de nuestro querido amigo, el poeta y literato jacetano D. Francisco Quintilla.

JUAN LACASA LACASA

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