"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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SALUDO AL PRELADO

14/04/1951

Señor:

Bajo arcos de fiesta, en la tarde primaveral que tenga un poco del calor de la Rioja nativa y otro poco del frío de la Sigüenza de adopción, entrad en vuestra Diócesis, en vuestra casa, en vuestro reino espiritual, que os rinde vasallaje sumiso y entusiasta.

Que esta primera hora entre nosotros os sea grata; que entre el aplauso y el homenaje, devolviendo bendiciones a las sonrisas de bienvenida, ganéis la certeza de nuestro respeto y de nuestro cordial afecto.

Por las calles de la pequeña ciudad, vais accediendo a la Catedral milenaria y vuestro nombre queda unido a la serie de innumerables e ilustres predecesores. Desde aquellos de un remoto tiempo legendario, que edificaron la Sede, que trazaron la planta y alzaron la bóveda románica al tiempo que entraban en la batalla, a los que ayer levantaban el Seminario desde la ceniza o reparaban amorosamente el tremendo rastro de la guerra en las iglesias pueblerinas.

Prelado, Padre y Pastor, vuestra grey os rodea y os alza sobre un escudo de fe inalterable, de cristiana conciencia colectiva, que quiere unir el aliento espiritual a toda empresa material transitoria, que quiere exteriorizar, en público y en privado, una conducta sin cuyas obras la fe es muerta.

Queremos, Señor, que tras la emoción nupcial del encuentro con la Esposa que el Señor os destinó, todo os sea amable y fácil, sincero y claro. Vuestra alta misión se enlazará con nuestros afanes, con nuestra vida, y si esta es difícil a veces, si los hombres no logran todo el bien a que aspiran, estamos seguros que vuestro báculo de Pastor hará más suave el camino y vuestra voz y vuestro aliento nos ayudarán, desde este mismo instante de bienvenida.

JUAN LACASA LACASA

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