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"Los afanes de una vida"
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¿QUÉ OPINA DE LO QUE HA SIDO PARA JACA EL 1948 Y CÓMO VISLUMBRA EL 1949? 08/01/1949 |
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Los juicios de los años dependen, como todo lo visible, del cristal con que se miran. Nosotros no usamos gafas y, aunque se nos tache de optimistas, procuraremos ponernos lo más tarde posible los lentes del recelo y el escepticismo. No fue malo el 1948 para Jaca, pues no faltó el trabajo a los modestos y se sostuvo sin grandes baches el abastecimiento, problema aburrido y permanente, pero primordial. Logramos un verano brillante, muchos extranjeros y pisos llenos permanentemente. No conocimos las restricciones eléctricas en todo el año. En el orden puramente municipal, tuvimos elecciones y “salió” el 3 de septiembre la gran subasta pavimentadora, teniendo postor que empezó seguidamente los trabajos. Se terminó el alcantarillado y se sostuvo bien el servicio de Aguas; vio éste reanudada la colocación de contadores, intensísima en los últimos meses y en vías de completarse sin desmayo. No hubo epidemias reales ni teóricas y parece que pudieron hablar mas de nosotros en contadas ocasiones, quizás en ninguna, sanitariamente decimos. Hubo 157 nacimientos y 103 defunciones, incluidas las de accidentes (la enfermedad del porvenir, como ha afirmado Marañón). ¿Y qué decimos del 1949? Fernández Flórez ha dicho que el niño que lo simboliza parece el mismo viejo 1948, bastante mal afeitado. Nosotros creemos que el 49 depende de nosotros mismos, siempre hablando de Jaca. No es un camelo sino todo lo contrario el que el año recién estrenado verá los cimientos, y en parte las cubiertas, de edificios Escuela Montaña, Casas Militares e Instituto de Previsión, obras que totalizan 13 millones. El que, además, haya riegos, viviendas obreras, carretera Estación y ¡hasta campo de Fútbol! (si no lo veo, no lo creo) depende del empuje de los nuevos munícipes y del espíritu emprendedor de la población toda. Ya muy serios y a ocho días del estreno del año (un dos por ciento de su recorrido), para los que hablan de crisis y dificultades, hacer saber que en los naufragios se salvan los que saben nadar, no los que se lamentan y contemplan las olas llenos de pánico. JUAN LACASA LACASA |