"Los afanes de una vida"
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LOS INGENIEROS Y SAN FERNANDO01/06/1946 |
Estos Ingenieros hacen bien las cosas, y con ellos no se va un rato a pie y otro andando, sino que todo marcha «sobre ruedas». Y es que, además, tienen mucha escuela y de altura, la de Montaña. Bueno, sin chistes; los festejos del jueves fueron magníficos y con ellos se ha abierto -estupenda apertura- la actividad social veraniega, que ya no se interrumpirá hasta octubre, llueva o despeje. La Misa en el Carmen fue concurridísima y los demás actos brillantes sin excepción, culminada la fiesta nocturna en el Casino. A pesar del día y su advocación, hubo, lástima, una ascensión desgraciada la de un cohete, que se sintió ofensivo y dañó la mano, inerme y dada a bendiciones más que a tiros, de un destacado castrense. Deseamos todos su mejora y maldecimos esa caña que se volvió lanza. Lo del Casino, volviendo a entrar, estupendo. Decorados multicolores; verbena en serio, uniformes, etiqueta marcando alta distinción y el espléndido atuendo de las niñas y mayores, deslizándose suave sobre el «parquet» cuidadísimo, el largo vuelo leve de los trajes de noche. Estaba muy a tono, bajo aquella techumbre verbenera y florida, la música del día: «Viviendo en mi casita de papel». Y también se vivió opulentamente de las pródigas bandejas de cartón con dulce carga, que rebañaba un oficinista diciendo que no solo de papel vive el hombre. En fin, señores, a perdonar las bromas y a agradecer a la Escuela de Montaña su esplendidez, su jacetanismo y hasta su «chic», diríamos, si no estuviera cerrada la frontera y prohibido hacer la cursi en idiomas no amigos. Y por nosotros, que vuelva San Fernando todas las semanas. JUAN LACASA LACASA |