"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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A. D. JACA, 6 – S. A. C. OLORON, 1

18/05/1933

“Un equipo sin portero, es un barco que hace agua”. Esta frase, que leímos hace ya mucho tiempo, y que se salvó del olvido de tantas páginas deportivas con que nos abruma la Prensa, resume lo que fue el encuentro del domingo. Conforme en que los rojos, en el segundo tiempo, jugaron 3 cuartos de hora casi perfecto muchas veces; Bueno y Betrán en los medios iniciaban cosas que terminaron en la delantera la inspiración un poco caótica de Cinto o el mazazo lento y potente de Aused. Pero a aquella rápida elevación del tanto, contribuyó no poco el gardien de but adversario, que si por alto se defendía con complicaciones de brazos y blocajes más o menos seguros, a ras de tierra se mostró impotente y en ningún momento realizó la estirada eficaz a por el balón, indiferente ante el aterrizaje violento.

Aunque hubo autoridades, himnos nacionales, flores y banderín, no alcanzaron los preliminares, la solemnidad y el aparato de quince días antes en Olorón. Y sobre todo, frente a aquella foule del Hipódromo, el campo de la Victoria presentó una entrada no catastrófica, como tantas veces, pero tampoco rebosante como pudo serlo por la tarde estival y el atractivo del partido.

Tenían los locales demasiada fe en cómo se habían desarrollado los acontecimientos en el otro match y en la primera parte parecieron dispuestos no sólo a no abrir el marcador sino a dejarse adelantar por los azules galos. Estos, en escapada clásica, se plantaron frente a la puerta de Acín y cuando el chutador ya levantaba el gatillo, se cruzó Casto y de una carga lateral derribó al artillero. Se silbó el penalty y el mismo ofendido lo hizo llegar a la red, lanzándose Acín a por la pelota, consciente de su obligación en la tragedia.

El dominio de los nuestros no dio fruto, aunque hubo jugadas hermosas, como un cabezazo de Bueno, a un córner de Malle y un par de centros de Herráez, que bajó bastante en el segundo tiempo. Comenzado éste, se inició la elevación cronométrica del marcador a favor de los rojos. A una media de 2 por cuarto de hora, llegaron a la mitad de la docena al acabar la lucha.

El primero fue una combinación tranquila de pases cortos que terminó Aused. Después los dos goles de cinto, casi iguales. Pase de los medios, esquivar por velocidad a los contrarios y tiro cruzado a un metro a un metro de altura. Otro tanto a un córner de Herráez, que sujetó mal el portero y remató Aused. Y, francamente, la memoria no alcanza más la velocidad que lograron los delanteros.

Veamos brevemente cómo jugaron. Por los rojos: Casto y Acín normales, Salafranca bastante menos Quincoces que en Olorón. Bueno y Betrán en los medios, los mejores del equipo; ordenaron la ofensiva y fueron una máquina que desarticuló totalmente al enemigo. Los interiores Cinto y Aused destacaron por su eficacia hasta la red. Malle más regular que Herráez y Terrén y Lacasa bullidores pero imprecisos en aquella tarde de tecnicismo de los demás.

 De los azules del S. A. C. de Olorón, el defensa izquierdo sobre todo. En la primera parte fue una verdadera exhibición de seguridad y valentía y sujetó la delantera adversaria hasta hacerla impotente para marcar. Del portero ya hemos hablado y del resto Oliván II; el medio centro, fue el que más veces tuvo el balón en los pies, sin acertar mucho en el uso que de él hiciera.

Segovia arbitró bien, pero dando demasiadas explicaciones, hasta a los más conformes con sus decisiones. A aquel hombre le sobraba oratoria.

A. D. Jaca: Acín; Casto, Salafranca; Lacasa, Bueno, Betrán; Malle, Cinto, Terrén, Aused, Herráez.
S. A. C. Oloron
: Pérez; Apanery, Querillac; Vandy, Oliván II, Boy, Etchevery, X, Oliván I, Palacio, Sabino.

 

JUAN LACASA LACASA

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