"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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A.D. JACA, 5 – C Y D DE HUESCA, 1 / INFANTILES: JACA, 3 – C Y D, 0

18/09/1930

El secreto del fútbol: saber qué hacer

Fue una frase de Hilario, el fenómeno canario, cuando, recién llegado a la Península acudió a Bilbao, participando en el homenaje retirada de Vallana. Interrogado por un inquieto redactor de “Excélsior” sobre algo, más o menos concreto, que definiese la esencia o norma práctica fundamental del juego contestó: saber qué hacer.

Glosemos la sentencia, casi lapidaria, - lapidable mejor -. Será mejor jugador, de una mayor efectividad, aquel que sobre el terreno enfrentado con todas las posibilidades jugables – driblar, pasar a un compañero, esperar a un contrario, chutar, incluso hacer una falta – elija la que aporte a su bando más probabilidades de éxito, con transcendencia al marcador.

Yo concibo el caso – excesivamente teórico – del fútbolista que reuniendo por si, estando facultado para hacer si le ordena, cada una de las jugadas enumeradas, sea un mal jugador. Es decir que no acierte a realizar la más adecuada en el momento, que chute – es un ejemplo – cuando pasar al compañero desmarcado era mejor o la inversa, etc.

En esta cualidad, más o menos desarrollada, estriba a mi entender, la valía de los jugadores y por ende de los equipos. ¿Cómo se adquiere? Intuición; ver buenos modelos, entrenamiento sistemático. Muchos medios que no es el caso examinar.

Si la delantera del Jaca o alguno de sus componentes hubiera poseído, aun en pequeño grado, esa facultad, el tanteo del primer tiempo hubiera sido elevadísimo a su favor. Pero fue todo lo contrario. Eternos en el pase sobre puerta, exceso en el driblar muchas veces y chutar cuando un contrario, con entusiasmo y valor, había interpuesto su cuerpo entre balón y puerta.

Esa es la explicación del fenómeno de dominar todo el tiempo y acabar con 1 - 0 en contra.

El segundo tiempo: 5 tantos

Se sustituyó a un delantero rojo en la continuación. Bueno – un caso notable y desconcertante – salió en puesto de Marraco; toda la línea puso más fuego en la contienda y periódicos llegaron a la red 5 balones del Jaca. El más notable el tercero, empalmado por Bueno como los ases.

Otros, casi todos, tras forcejeo entusiasta y furioso, compensóse el tostón del primer tiempo con esta decisión del segundo. El C. y D., que revivió a ratos, encontró en Acín el muro intraspasable.

El partido de los infantiles

Fue un agradable espectáculo de lucha ingenua, sin preocupaciones técnicas, de 22 muchachos que se enfrentaban con el enemigo a pecho descubierto.

Los oscenses se mostraron un tanto indecisos casi siempre. Los locales con un loable entusiasmo que culminó en Bonet, que tras correr sin descanso la hora de este encuentro tuvo fuerzas sobrantes para seguir haciendo la hora y media de los titulares.

Una figura un poco original la del portero, que en el segundo tiempo hizo un intento de parada con lanzamiento natatorio verdaderamente de emoción.

Debe explotarse o cultivarse la cantera de los nuevos; de ella han de salir las figuras que traerán la renovación del fútbol local. De esta y también de nuestro pasado me propongo hablar en próxima ocasión.

Terrén, o las facultades

Dentro del marco de nuestros jugadores es este fraternal Paco el que ofrece más contorno entusiasmo. Culminó éste el domingo y por eso lo señalo. Se hartó de jugar y también, hasta el exceso, de chutar. Fue éste su defecto, pero era una expansión de su alegría dominadora. Con una dosis ligera de método y entrenamiento podía ser un valor que excediera de los límites nuestros y encontrarse sin desdoro en los máximos regionales.

Equipos:

Jaca: Acín; Mallén, Ruiz; Bonet, Terrén, Reverter; Malle, Roldán, Alonso Marraco (después Bueno); Herráez.
C. y D.
: Bescós; Inglán, Avellanas; Chavala, Lafarga, Telmo; Arenas, Algaba; Benito, Pie; Ciprés.

JUAN LACASA LACASA

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