"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

<<volver

A. D. JACA, 1 – ESCORIAZA, 1

17/07/1930

El espectador deportivo. Divagación

Quiero desvanecer primero la posible extrañeza de cualquiera ante el afán mío a dejar lo narrativo y buscar la especulación más o menos sutil en estas notas semanales. Sin pretender suficiencia, me parece más útil meditar o mejor sugerir meditaciones al lector sobre nuestro objeto que exponer con el detalle nimio los partidos. Los que me lean serán seguramente los mismos que contemplarán lo que expongo; absurdo es narrar para ellos y si el deducir consecuencias les molesta, libérrimos son de no hacerlo.

Y vamos sin más con el epígrafe: Fernández Flórez ha hecho observar más de una vez lo terriblemente grotesco del espectador en el fútbol y otro humorista, joven y nuestro José Luis Galbe, hablaba del señor calvo, con gafas y quizá con calzoncillos largos (eran sus palabras) que grita en el partido, salvaguardado por la valla: ¡entra duro, dale! ¡en el estómago, en el bazo! Y se creía deportivo hasta la médula.

Tienen razón los humoristas. El espectador es algo adosado, postizo, casi extraño al deporte. Si por cien causas de organización ha venido a ser el elemento base, su misión sin embargo debe ser pasiva en lo posible.

Solo cuando en el terreno no se imponga un árbitro, cuando un jugador se extralimite en violencia y casos análogos, intervenga con su voz para atajarlo; y nunca llegue a la frase ofensiva, al apasionamiento sistemático. De lo contrario no juegan los que están sobre la hierba sino los cientos o miles que desde su sitio disponen de más garganta y desaprensión.

Nuestro público, particularmente heterogéneo, no acierta siempre a ver con calma las cosas. Así pudo decir Morgan, el buen inglés que silbó el domingo, que la reducida masa congregada en nuestro campo se manifestó más ruidosa que otras de su país cien veces más numerosa.

Templen su voz, lo ruego encarecido, cuantos silban y aplauden al once de la Agrupación; en lugar de destrozar la garganta gocen tranquilos en el triunfo y callen correctos en el fracaso.

Más particular es el caso de violencia innecesaria, culpable o no, de algún elemento del juego. Pero eso es ya el motivo de otra nota.

Sistemas de juego: el ardor ingenuo y el batacazo marrullero de la experiencia

El fútbol, sinceramente, encierra posibles peligros. Los jugadores viejos disponen en general de una colección de golpes (en los dos sentidos) que frente al mozalbete valiente son aún más destructores. No era preciso decirlo casi.

En el último partido, un componente del Jaca, no hace falta nombrarlo, se extralimitó con un contrario. Lo condenamos desde luego; el público, aparatosamente, lo condenó también. Pero ahora sin pretender molestar a nadie, veremos de descubrir lo que a muchos se les escapó. Aquel hachazo de un hombre nos lo devolvió un equipo en dosis mucho menores, pero repetidas, casi constantes. Y ahora otra observación sobre lo que son en general los encuentros de equipos Zaragozanos con el nuestro. Vienen aquellos con cierto aire equivocado, por lo previo, de superioridad, de petulancia casi instintiva. Y este aire conquista a nuestro público o gran parte de él, muchísimo más ingenuo de lo que se cree. Son numerosas las muestras; la protesta frecuente a los árbitros, lo teatral en alguna ocasión de lesiones, etc; todo ello producto de haber visto frecuentemente grandes equipos, maestros en tales artes, y de otro factores de que están privados los nuestros.

Conste pues que si un elemento en particular se excedió en truculencias por parte del Jaca, éste en su conjunto fue de una mayor buena fe y conformidad resignada que sus contrarios del domingo.

Los que brillaron

Por los nuestros, casi ante todos, Puente; posee una modalidad marcadísima parando y es su nota mejor la seguridad y valentía. En la delantera Azcuaga enorme y espectacular cuando le dieron juego. El inició el tanto de su equipo en un centro adelantado que abrió boquete en los defensas. Terrén mejoró algo. Los demás regulares siendo Suñé el de siempre con su juego de frialdad y precisión.

Por el Escoriaza los defensas. Muy bien los extremos sobre todo el izquierda. Eroles fue el marcador del empate.

Arbitró Morgan con tranquilidad, con un criterio amplio, como sin duda ocurre en su país. Mucha gente no le comprendió. No debe importarle.

Alineación:

A. D. Jaca. Puente; Alonso, Caujapé; Perona, Suñé, Reverter; Azcuaga, Alonso, Alonso Pérez, Terrén, Herráez.
Escoriaza
. Lerín; Lerín II, López; Elpuente, Gracia, Alfaro; Ayesa, Eroles, García, Blesa, Marín.

 

JUAN LACASA LACASA

subir^^
siguiente
>>