"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

<<volver

GRAN SOLEMNIDAD EN LEYRE

11/10/1979

Nuestra fraternal vecina Navarra conserva en Leyre, como nosotros en San Juan de la Peña, un tesoro arqueológico, histórico y tradicional, impregnado de profunda religiosidad, que estos años esta alcanzando maravillosa recuperación.

La secular y milenaria Comunidad benedictina de Leyre debió abandonar ese Monasterio en 1836, cayendo los edificios en progresiva ruina y abandono, a pesar del celo de los párrocos navarros próximos que trasladaron reliquias y objetos del culto. Tras varios intentos de resurrección, ha sido hace veinticinco años, en 1954, cuando reapareció la Comunidad, con monjes procedentes de Silos y con decisivas ayudas de la Diputación Foral de Navarra y de otras entidades. Hoy florece Leyre en todos los aspectos. Por ejemplo, su restaurada biblioteca alcanza 30.000 volúmenes, con perfecto orden, como colosal instrumento de estudio de temas religiosos e históricos. La Sala Capitular tiene recuperada la gran sillería y todo el Monasterio respira vida y promesas de largo futuro. El campanario mecanizado lanza al aire sus voces de bronce. La Hospedería alberga ampliamente visitantes que hacen estancias o meras jornadas. El canto gregoriano en las horas canónicas es perenne oración a Dios, en medio del materializado mundo de hoy.

El domingo 7 de Octubre asistimos, tras invitación muy cordial de la Comunidad, a la solemne ceremonia de la Bendición del Nuevo Abad, Padre Amador Pascual, que ya el domingo 9 de Septiembre, tras los actos de San Juan de la Peña, nos había atendido con extraordinario acogimiento. El ambiente de la vieja Navarra era pleno y gozoso. Una multitud llenó la Iglesia y a las cinco de la tarde penetró la comitiva procesionalmente, presidiendo el Arzobispo de Pamplona, Dr. Cirarda, asistiendo nuestro prelado Dr. Juan Ángel Belda, los de Huesca y Teruel, monseñores Javier Osés y Damián Iguacen, y un amplísimo número de otros Obispos y Abades, entre ellos los de Silos, Montserrat, el retirado del Valle de los Caídos Luis María de Lojendio, los extranjeros de Solesmes y otros y muchas más representaciones religiosas. Por la parte civil, la Diputación Foral de Navarra presidida por Jaime Ignacio del Burgo, representaciones municipales de Yesa y Sangüesa, parlamentarios forales y otros, todo a los acordes del himno de las Cortes de Navarra.

La parte religiosa, ilustrada con el canto gregoriano, fue de gran emotividad. El Dr. Cirarda entregó al nuevo Abad el báculo, de artística ejecución por el escultor Orella y regalo de la Diputación, el anillo regalo de su familia, la mitra regalo de la Abadesa benedictina de Jaca, que pasó al presbiterio como gratísima presencia aragonesa y jacetana en las ceremonias. El Dr. Cirarda en su homilía glosó la consigna de San Benito “Ora et labora”. Tras la ceremonia hubo espléndido lunch para todos los asistentes en los grandes claustros del Monasterio.

Nuestra enhorabuena sentidísima a la Comunidad de Leyre y a toda Navarra Foral fraterna. Y esta pregunta: ¿seremos capaces, todos, sobre todo las representaciones oficiales aragonesas, oscenses, jaquesas, de entregarse sin condiciones a la tarea restauradora de San Juan de la Peña hasta vivir pareja jornada a esta de Leyre? La ocasión parece madura. Todo es cuestión de sentir la Historia, la Tradición, la conciencia del pasado nuestro y plasmarlo en acciones de cada día.

JUAN LACASA LACASA

subir^^
siguiente
>>