"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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LA APERTURA DEL HOTEL CANDANCHÚ

03/01/1935

La apertura del hotel de Candanchú ha puesto la nieve en el primer plano, en la prensa y en el comentario. Verdaderamente, con él echan raíces definitivas los deportes blancos en Canfranc. El refugio primitivo, que ya cumplió con su deber en su momento, pasa a lo legendario. En lugar de paja por lecho, luz de tea y vino en bota, hay para el excursionista colchón blando, electricidad y cok-tails. Y almohadones, sonrisas leves y high-life para que se desmayen de felicidad los cronistas de salones.

Para los fanáticos, el número más grande es el del noruego. El indefectible rubio, además de su especialidad en saltos, sabe el cañamazo ligeramente bordado sobre la pista y pone casi sinfonía en la curva intachable. El austríaco, para superarle, tendrá que traerse pechera blanca y orquestina. Para interpretar el vals del Danubio azul en el Pirineo blanco.

Viendo al del Báltico y su elegancia, se piensa que la furia es el ritmo de los primitivos. Pero que hay más. Y que por esta vez del Norte al Mediterráneo no han venido los bárbaros, sino al contrario.

Don Pedro Ribera, presidente del Ski Club de Tolosa y autor moral y aun material, en parte, del Hotel, merece la gratitud del Alto Aragón. Si Briet nos dejó un libro de enamorado de Ordesa, Ribera deja un jalón más real aún en la conquista del Pirineo. Merece un homenaje, que no puede ser un tópico sino algo sincero y cordial. Y ya hay una ventaja. Y es que en Canfranc no podrán salirse con dedicarle una calle, porque como solo tiene una y se la gastaron con Albareda...

Sobre la realidad, la quimera. Y esta vez una quimera vertical y sublime. Se trata del acceso a las pistas de Candanchú mediante un ascensor que partiendo del túnel internacional, ganara los 400 metros de desnivel por una perforación que no parece irrealizable, ni mucho menos. “L’Independant” de Pau, ha lanzado la idea, de la que valdrá la pena ocuparse despacio, y que la venían susurrando hacía tiempo algunos líricos del turismo e ingenieros de tertulia.

Como en la novela de Kellerman “El Túnel”, quizá alguien haya pedido ya el primer billete.

El señor Lac, Presidente de la Federación francesa de Skis y destacada personalidad europea del mundo de la nieve, tuvo una frase feliz, al inaugurarse el Hotel: “Ya hay Pirineos”. Ya los hay para la gran fraternidad deportiva. Y para que haya ocasión, de vez en cuando, de levantar las copas pour l’unión franco-espagnole.

El domingo 30, despedida del año, la nieve fue severa. Desde Arañones hubo que ganar las pistas por locomoción personal. Y había sus notas de sombra y de ventisca: las vueltas, unas con sol y otras con tempestad y frío, eran cabos de Buena Esperanza o de las Tormentas.

Y que el 35 nos traiga récords deportivos, turísticos y económicos, por obra y gracia de la nieve que de enemiga se ha vuelto aliada fecunda.

JUAN LACASA LACASA

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