"Los afanes de una vida"
Artículos en los semanarios jaqueses
"La Unión" y “El Pirineo Aragonés

JUAN LACASA LACASA

 

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EL IV CONCURSO FRANCO-ESPAÑOL DE ESQUÍ EN CANDANCHÚ (CANFRANC)

06/04/1933

Aún hay nieve en las pistas. Nieve helada en la mañana de primavera. Va perdiendo dimensiones la colosal vestimenta blanca del Pirineo. Pero quedan kilómetros de declive para envenenar de velocidad a la juventud de dos naciones.

La nieve está esperando. Sobre ella serán hoy posibles todas las curvas y todo lo circense de los virtuosos. Deslizándose con el motor de su gravedad, los hombres nos parecerán más ingrávidos que nunca.

Se pueblan las laderas. El paisaje siente la invasión urbana. Gentes cansadas de vida civil que vuelven a la Naturaleza. Les invade un optimismo primitivo al encararse con las alturas. Sienten la atmósfera “saturada de la alegría de las cosas posibles”. Y, como de los castillos dice Ortega, las montañas les remueven un poco el fango romántico de sus almas.

La carrera de fondo

1930: Millán. 1931: Davos (Luchon). 1932: Arche. Frente a la interrogante de 1933 un magnífico lote de campeones. Todos los ases madrileños en la salida. Aragoneses, vascos. Y cinco equipos de Mediodía de Francia.

Se varió el recorrido primitivo. Y se reduce, creemos, a unos 16 kilómetros. Aceleración desde el primer segundo. Muñoz y T. Martín (2 y 4 en los dorsales) en cabeza toda la carrera. Detrás la procesión de paralelas hasta 62 hombres. Arche (59) llevaba delante caza en abundancia.

 A los cuarenta minutos dos siluetas en las alturas sobre la llegada. Ritmo fuerte de bastones en la cuesta final y enfilan el descenso hasta la meta. Muñoz, que llevaba ventaja en las bajadas, cae en el comienzo, y T. Martín lo desborda por segundos. Muy pronto Parra, (16) que por unos momentos da la impresión de vencedor. Avalancha de números. Millán, Jiménez, Candela, Pina, Arche... Todo el bloque madrileño. Se les intercala R. Villecampe, el primer francés – corrió en Innsbruck -, que es el cuarto en la clasificación general. Puente, campeón de Aragón, el 12, a cinco minutos de los vencedores.

 He aquí algunos tiempos: Millán y Jiménez, 40 m., 30 s.; Parra, 40 m., 50 s.; Villecampe, 41 m., 1 s.; Pina, Candela, Arche..., Puente, 45 m., 15 s.. Cincuenta clasificados.

Clasificación social: 1, Alpino; 2, Peñalara; 3, Ski Club Nayais. Después, Montañeros de Aragón, S. C. Canfranc. Hasta 12 equipos

La carrera femenina

Cuatro madrileñas, seis aragonesas y cinco francesas. Demasiadas facilidades para Margot Moles en la victoria. Desbordó a sus compañeras, a las provincianas y transpirenaicas, y desde el 14 entró en cabeza sin esfuerzo. Detrás, señorita Herreros (D. Excursionista), Mile, Villecampe (S. C. Nayais) y Elisa Sánchez, que revalida el campeonato de Aragón.

Al margen

Había entre los 1.500 espectadores una vaga esperanza sobre las posibilidades aragonesas. Se soñaba hasta con el primer puesto. Pero los madrileños fueron otra vez los mejores. La tradición no se improvisa. Sepamos esperar.

Culminó el duelo Alpino – Peñalara. Millán y Jiménez ex equo para el primer puesto, en 40 m. 30 s. Reunión de delegados. Se esgrimía el sentido común, se intercalaban pequeños sofismas. ¿Para quién la copa del vencedor? Se adjudicó a Millán, que llevaba número más bajo en la salida.

Hacen falta dos cosas: el goal average de las carreras y el Cabot que nos interprete los reglamentos de la FIS.

Los franceses atravesaron el Pirineo en dos trenes especiales. En los andenes, casi uniformes en el azul de los equipos, parecían un batallón movilizado. De un ejército de fraternidad.

El día fue soberbio. Suelo seco hasta la nieve; dureza en las pistas. Lo mejor para actores y público. Y unos momentos de nevada, a intervalos del sol, fueron como un motivo decorativo. Eso en este año, en que hasta a Pau le ha fallado el clima y vio correr su Gran Premio de autos a través de una tempestad blanca.

Mediodía. La hora del menú standardizado – tortilla, vademécum del montañero –. Hora de camaradería un poco grasienta.

Atardecer. La bisutería gloriosa de los trofeos, numerosos esta vez, a las manos de los vencedores. Hurras de despedida. Y para el V Concurso sueños de victoria en los regionales. Proyectos rectilíneos: técnica, entrenamiento, ascetas deportivos.

¡La preparación! Se ha dicho que la gimnasia es la media hora de tristeza organizada. Mucho más psicológico: en cada mañana nos jugamos algo de la final del campeonato.

Entre los esquiadores aragoneses circula una frase del Tenorio: “¿A qué vais a la nieve?” “A reñir con los franceses y a adorar a las francesas”.

En resumen: un éxito. Principalmente, de Montañeros de Aragón, de la afición pirenaica, de sus corredores. Y un triunfo doble de los madrileños: de velocidad y simpatía.

JUAN LACASA LACASA

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